domingo, 31 de diciembre de 2006

22 de diciembre de 2006
Gandhi

Tú en tiempo fuiste para mí como una oración, yo no entiendo por qué ahora eres dolor.

Generalmente me es fácil decidir sobre qué tópico quiero hablar tal o cual día. Hoy fue la excepción. Entre la amplia gama de opciones que tenía, se encontraban nombres como Galeano, García (Lorca, Márquez, Ponce, Saldaña, et. al.) Gargantúa, Góngora, Gogol, Gurrola o Gutiérrez. Ninguno tuvo el encanto suficiente como para ser elegido.
Pensé también hablar acerca de la guerra, sobre todo después de haber visto esa excelente película titulada Cold Mountain. Acerca de un conflicto bélico, sólo puedo decir que éste es capaz de sacar lo mejor y lo peor de los seres humanos. Jamás he estado en uno, pero gracias a libros y cintas, he podido llegar a sentir el uno por ciento de lo que en esas situaciones ocurre.
Así, más allá de lo mucho o poco que pudiera decir sobre algún tema en particular, ninguno de los anteriores me apasionaba lo suficiente como para dedicarle siquiera unas líneas. Valga esta introducción solamente para justificar la elección hacia el pacífico hindú que, entre huelgas de hambre, se dedica a vender libros.

+++
Que quede claro. Hoy no quiero hablar de Mohandas Karamchand, mejor conocido por todos como Mahatma Gandhi. Mis intenciones más bien apuntan a hacerle publicidad gratuita a cierta librería cuyas aparentes bondades son nulas, ya que los libros no son más baratos y ni siquiera se da el mejor servicio, pues mes con mes contratan personal distinto. ¿Entonces?
Omar describe a Librerías Gandhi como un lugar ideal para socializar y conocer personas. Hoy no lo dudo ni un solo instante. Yo mismo he comprobado, cual científico escéptico, esta máxima. Quedan como evidencia las amistades que en poco tiempo he logrado en este espacio.
Sin embargo, últimamente me resulta doloroso transitar por entre los pasillos de dicha librería. No lo digo por el excesivo precio de sus productos o por las multitudes que se encuentran ahí gracias a las compras navideñas. Más bien es por ese extraño sentimiento de ser el personaje de alguna novela de amor. Tal vez La insoportable levedad del ser ha influido demasiado en mi estado de ánimo estos días.
Y es que no hay nada más cercano al cliché como enamorarse de la chica de la cafetería. De pronto todo es miel sobre hojuelas y... ¿Qué pasó? La misma pregunta circula por mi mente día tras día. Quizás en algún momento llegue a conocer la respuesta. Mientras tanto, el antiguo placer que obtenía al descubrir nuevos libros tendrá que esperar por cierto tiempo... Al menos hasta que deje de doler.
23 de diciembre de 2006
Héroes
Un héroe es quien valerosamente se alza contra su padre y le vence al fin. Sigmund Freud
Homero. De su pluma salieron las primeras imágenes de heroísmo que se tienen en la cultura occidental. Pero estas figuras heroicas ya existían antes de ser plasmadas en papel. Para muestra, sólo tenemos que recordar lo que se cuenta: La Iliada y La Odisea fueron recogidos de cantos populares ya conocidos en la antigua Grecia.
Con el tiempo el semblante del héroe se ha modificado en lo exterior pero ha permanecido firme en lo esencial. Desde Zeus hasta Luke Skywalker, pasando por Superman; todos tienen en común habilidades que escapan a la comprensión humana. Sus padres, amén de abandonarlos, tienen trazado un destino para ellos. Durante la separación, el hijo aprende valores opuestos a los que el progenitor hubiera querido inculcar a su vástago, razón por la cual, al reencuentro, el próximo héroe se separa de la figura paterna para derrotarla y enfrentarse a una vida opuesta a la que éste le tenía deparada.
+++
Cuando nos inquieren por nuestro héroe favorito, invariablemente contestamos con el nombre de alguien a quien admiramos en demasía. Aplicando esta pregunta a los estudiantes de letras, por ejemplo, la predecible respuesta será: Borges, Cortázar, etcétera. Lo mismo ocurre en psicología: Freud, Frankl, Fromm. Y si menciono a estos dos grupos es porque ambos deberían tener al menos la noción básica de héroe aplicable a sus campos de estudio. Sin embargo, como siempre ocurre, desconocemos el auténtico significado de las palabras.
+++
Si hemos confundido al héroe con el ídolo es por la carencia de figuras que prefieran salirse del canon. Adolecemos de seres que decidan emanciparse de las rígidas formas que día con día nos tienen alienados. El perenne problema de los moldes revolucionarios es que éstos, más temprano que tarde, deciden abrazar patrones que antes aborrecían. Aun más triste. Si hemos confundido al héroe con el ídolo es porque ambos sobreviven en nosotros, pero sólo a nivel mítico, con todas las implicaciones que esta palabra puede tener. ¿O quién, de entre los tantos jóvenes seguidores de Cortázar, tuvo la suerte de conocerlo? ¿Quién?
24 de diciembre de 2006
Infrahuevón

Irónicamente, uno de los peores insultos que he recibido en mi vida ha sido el de Infrahuevón. Y es que en un terrible origen, esta palabra surgió con la intención de lastimar las vanidades y los egos de las divas de la cultura. En un principio, quien recibió esta nominación fue todo aquel ente dedicado a vivir platicando sus proyectos, asistiendo a performanses y utilizando a diestra y siniestra su pose de intelectual en potencia.
El problema de esta generación es que lleva años pululando por los terrenos de la creación. En Jalisco (tierra de mariachis, tequilas, jotos, doblemoralistas e Infrahuevones) durante años se ha descuidado el valor de hacer las cosas. Muchos crecieron con el falso orgullo de que por estos lares surgieron artistas como Higinio Ruvalcaba (músico), Juan Rulfo, Juan José Arreola, Agustín Yánez, Vicente Leñero (escritores), José Clemente Orozco, Juan Soriano (pintores), entre muchos otros que la memoria omite, y se dedicaron al noble oficio de la sanguijuela que vive gracias a las periódicas sangrías, digo, becas, que ofrece la Secretaría de Cultura.
Los pocos que en realidad tuvieron ganas de trabajar, huyeron de Jalisco. Ricardo Castillo, Eusebio Ruvalcaba, Adriana Díaz Enciso o Julieta Marón me parecen los casos más significativos. Peleados con un medio apático, decidieron que la pasarela de vanidades no era lo suyo. Que Ruvalcaba sirva de ejemplo: nunca utilizó la fama de su padre Higinio para conseguir becas o apoyos, contrario a lo que sí hizo Orso, el hijo de Arreola.
Afortunadamente, existen en Guadalajara nuevas generaciones dispuestas a recuperar lo perdido. Se respira en muchos ámbitos la inquietud por ponerse a trabajar luego de varios años de años de relajo. Es obvio que todavía existen parásitos que utilizan al arte como pasarela de poses, más preocupados por la foto y el qué dirán que por promover los resultados de su trabajo.
+++
César López Cuadras, escritor de oficio y jalisciense por adopción, alguna vez fue criticado por desaparecer del hábitat de los escritores: las cafeterías de avenida Chapultepec. Sus puntos en la bolsa de escritores estaban a la baja y todo por no seguir el rígido molde del desfile de modas. El tiempo le dio la razón. Mientras todos se dedicaban a criticarlo, él escribió Macho profundo.
+++
¿Cómo podemos nosotros recuperar lo perdido? Con humor, principalmente. Preparando manifiestos y trabajando en pos de un proyecto común, la cultura de la creación. Bautizándonos como Infrahuevones, en un afán por burlarnos de aquellos que equivocaron el rumbo. Y no se diga más.
25 de diciembre de 2006
Juegos

Justamente el día de navidad se me ocurrió jugar a que podría aparentar ser parte de una familia. Ir a casa de mis abuelos, darles un abrazo, convivir con mis papás, ver a mis hermanos, llamar a mis amigos. Jugar a que mi familia no estaba desecha. Jugar sólo para olvidar una carencia que año tras año se vuelve más evidente.
Y es que mientras muchas personas pueden convivir con los suyos, yo tengo que lidiar con los fragmentos de mi vida. Sé que no soy el único que sufre. Al menos tengo un techo y algo que llevar a la boca. Y sin embargo me duele. Me duele ver que las personas que me rodean olvidan que yo tuve una familia que hoy no existe.
En navidad quise jugar a ser normal... A abrir regalos, a tomar ponche, a comer buñuelos, a pelar mandarinas, a cantar villancicos. No es difícil. Es como actuar. Hacerle creer a los demás que estás bien. El problema de la actuación es que agota. Fingir sólo deja un vacío. Y este año fue enorme. El año que entra jugaré a expresar lo que siento; será más fácil para todos...
26 de diciembre de 2006
Kazantzakis

¡Kamikaze! Encontré la palabra. Y es que no es sencillo el juego de iniciar un texto con la primera letra del título. Es suicida. A pesar de todo lo logré. Por otro lado, no deja de ser curioso el que haya elegido una palabra que directamente nos remite a una guerra mundial. Justamente en un conflicto de este calibre se inspiró el griego Niko Kazantzakis para escribir lo que la crítica ha considerado su obra máxima: Cristo de nuevo crucificado.
+++
Muchos conocen a Kazantzakis y ni siquiera lo saben. Más de alguno ha visto The last temptation of Christ (La última tentación de Cristo), cinta de Martín Scorsese que, entre otros atractivos, incluye la actuación de David Bowie. Mucho menos popular entre personas que llegan a los veinticinco años de edad es Zorba, el griego, protagonizada por el genial Anthony Queen. Pero ¿qué tienen en común estas dos películas tan alejadas cronológicamente una de la otra? Que ambas son adaptaciones a las respectivas novelas del ya citado novelista griego.
+++
La última tentación fue, en sus tiempos, una novela criticada porque Jesucristo podría conocer (en sentido bíblico) a María Magdalena. Esta “terrible” idea, la de suponer que el Mesías era un hombre con deseos sexuales como el resto de los mortales, le negó al escritor, vía peticiones de la iglesia ortodoxa griega, el premio Nóbel de literatura, del cual varias veces se mencionó su nombre entre los candidatos.
Sin embargo, más fuerte que el supuesto encuentro carnal entre María Magdalena y Jesús, la novela le plantea un dilema al protagonista. Si él es el hijo de Dios, puede utilizar su poder para bajar de la cruz y vivir una vida normal. Jesucristo comienza a imaginar lo que pasaría en caso de tomar tamaña decisión, para finalmente aceptar el yugo que le ha impuesto el padre.
+++
Contrario a La última tentación, donde el hombre termina actuando acorde a sus prédicas, en Cristo de nuevo crucificado vamos a encontrar que todos los valores son una mascarada. La novela trata de mostrar a un pueblo aparentemente seguidor de los principios cristianos que, justo cuando tiene la oportunidad de ayudar a su prójimo, lo persigue.
+++
La máscara implica algo visible y algo velado. Va de la mano la representación y la actuación; se finge algo que no se es. Su uso, por lo tanto, conlleva a la negación del ser. Una sociedad enmascarada termina nulificándose; acaba atrapada en un juego de apariencias del que es muy difícil salir. Entre otras cosas, esa es una de las lecciones que obtenido de la constante lectura de la obra de Kazantzakis.
27 de diciembre de 2006
Lennon, John
Si existen los genios, yo lo soy. Si no, me da igual. John Lennon
La simple idea de escribir algo más acerca de John Lennon puede resultar, de inicio, aburrida. Seamos sinceros. Y es que se han utilizado tantas veces las mismas palabras para describirlo, que cualquier adjetivo aplicado a él tiene cierto aire de gastado. Creo, sin embargo, que como todos los seres humanos, Lennon era una persona contradictoria.
Nadie mejor como sus hijos para demostrarlo. Julian, por ejemplo, dice que esa figura del hombre que clamaba por la paz en sus canciones, jamás tuvo la capacidad de brindarle una vida tranquila a su primogénito. Es entonces cuando insisto en la frase de virtudes públicas, vicios privados.
Creo que una de las mejores lecturas que he realizado acerca de la vida de John Lennon fue en un especial sobre el veinticinco aniversario de su muerte. La base narrativa no eran las mismas frases halagüeñas de siempre. Aquello se trataba más bien de contraponer comentarios de personas que tuvieron la oportunidad de convivir con él. Gracias a eso, el compilador logró salir del lugar común: ofrecernos un Lennon que, con excepción de sus periodos atado a las drogas, por lo general no rompe un plato y es siempre víctima de Yoko y Paul.
+++
Sobre la música del señor Lennon, puedo decir que me parece genial. Su trabajo con el cuarteto de Liverpool hizo evidente un cambio de actitud en el mundo. Con mucha razón (y aunque a muchos les duela admitirlo) se dice que la época pop se divide antes y después de los Beatles. A mí me parece más brillante la etapa psicodélica de estos sujetos, sin demeritar lo logrado en su periodo pop.
Del Lennon en solitario es necesario escuchar su disco Plastic Ono Band. Este material está plagado de himnos, entre ellos los más célebres: “Mother”, “Working class hero” y “God”, oda al yo digna de ser cantada cada mañana, para así recordarnos que todo depende de nuestra individualidad. Por otro lado, aunque muchos dicen que John fue un esclavo de Yoko, yo me quedo con la idea de que el autor de “I’m the walrus” tenía una profunda fe en su trabajo, lo cual plasmó a lo largo de sus composiciones.
¿Y era tan genial como él mismo lo afirma? Por supuesto, hasta un genio podría notarlo.
+++
God (Lennon)
God is a concept by which we measure our pain. I say it again. God is a concept by which we measure our pain. Yeah, pain, yeah. I don’t believe in magic. I don’t believe in I ching. I don’t believe in bible. I don’t believe in tarot. I don’t believe in Hitler. I don’t believe in Jesus. I don’t believe in Kennedy. I don’t believe in Buda. I don’t believe in mantra. I don’t believe in Gita. I don’t believe in yoga. I don’t believe in kings. I don’t believe in Elvis. I don’t believe in Zimmerman. I don’t believe in Beatles. I just believe in me, Yoko and me. That’s reality. The dream is over. What can I say? The dream is over. Yesterday I was the dream weaver, but now I reborn. I was the walrus, but now I am John. And so, dear friends, you’ll just have to carry on. The dream is over.
28 de diciembre de 2006
Metal y madurez

Me declaro culpable del crimen que representa hablar sobre algo que no conozco. Que conste en las actas: a continuación serán pronunciadas palabras cuyo único cometido es demostrar ignorancia plena. Son, pues, una apreciación subjetiva plagada de prejuicios y conceptos. Comencemos entonces la diatriba. Ojalá sean pocos los que se sientan aludidos.
+++
De acuerdo al lugar común, los metaleros son adolescentes carentes de ideas claras sobre el funcionamiento del mundo, cuyas caras se encuentran invadidas por un mal denominado acné. Dichos adolescentes pueden tener una edad entre los quince y los noventa y nueve años (uno de los mitos urbanos que circulan por el D. F. comenta que una abuela fue ataviada de negro y estoperoles al Foro Sol para ver a ¡Iron Maiden!).
Respecto a la adolescencia he de decir que ésta no se trata de una simple etapa entre la niñez y la edad adulta pues en realidad a dicho lapso de tiempo se le conoce como pubertad. Más bien se trata de adolecer de la voluntad de aceptar los errores. Pienso firmemente que muchos adolescentes se ven a sí mismos como víctimas de un complot universal en su contra. No están dispuestos a reconocer que también pueden equivocarse. Eso significaría dar un paso hacia la madurez...
+++
No conozco mucho acerca de las tendencias de la que muchos denominan la nueva música obscura. Como ya dije, lo poco que sé está cargado de prejuicios e ideas peyorativas. Así pues, grupetes como My chemical romance, Linkin Park, y (con el debido respeto para cierta persona que gusta de los mismos) Evanescence me parecen igual de trascendentes que el arresto por evasión fiscal de Paquita la del Barrio. Las tres alienaciones representan sonidos que difieren entre sí, aunque tiene en común el mismo tipo de seguidores: adolescentes insatisfechos con su vida.
Esta insatisfacción difiere a la mostrada (y cantada) cuarenta años atrás por Mick Jagger, por ejemplo. Lo de ahora es quejarse con poses aparentemente existencialistas maniaco depresivas cargadas de una inevitable tendencia al suicidio. Todo por el mismo precio. Si ayer el descontento se manifestaba con acciones rebeldes para demostrar vitalidad, hoy la moda consiste en sentirse derrotado y darse por muerto frente a situaciones aparentemente imposibles de resolver. Tres sujetos de prueba observados por este insigne investigador han demostrado que no estoy tan alejado de la verdad (por lo cual, con excepción de mi ignorancia musical, la disculpa pedida de antemano era realmente innecesaria). Todos los conflictos de estas personas provienen de su incapacidad para expresar lo que sienten.
+++
¿Que muchos pueden tildarme de inmaduro? Por supuesto. Jamás he afirmado ser una persona perfecta. Yo mismo tengo dificultades para poder hablar de ciertos temas con mi padre, aludiendo a un caso muy particular. Sin embargo, si algo me ha dejado la continua redacción de mi persona en este espacio, es una extraña sensación de crecimiento. Así que, hasta la próxima...

viernes, 22 de diciembre de 2006

15 de diciembre de 2006
(A pesar del cliché) Los ojos como reflejo del alma

Todo el tiempo te espero, vuelve a casa. Mario Siperman
La ausencia de globos oculares es una de las características más conocidas de aquella figura que hemos nominado como la muerte. Más allá de su guadaña o su túnica de monje benedictino, es esta carencia de algo tan vivo como la mirada lo que nos demuestra cuan despiadado puede ser nuestro destino una vez que nos alcanza.
Y es que un muerto, más allá (literalmente) de ofrecer un lastimero aspecto, a través de su mirada sólo puede mostrar la carencia de emociones, de sentimientos que denoten que dentro de ese cuerpo alguna vez hubo vida. No hay espectáculo más desolador que enfrentarse a un cadáver, pues esto nos pone en duelo. Nos encara a la posibilidad de conocer un estado futuro, de saber que vamos a morir, pues.

+++
Contrario al comportamiento de los muertos, los vivos suelen utilizar fachadas para ocultar lo que sienten. La honestidad brutal que puede ofrecer un cadáver es mostrarse carente de vida. Los seres vivos, actores por excelencia, suelen mostrar sus sentimientos con reservas. Ya lo decía Alejandro Casona en su celebérrima obra Los árboles mueren de pie: “muerta por dentro pero de pie como un árbol.”
No debe extrañarnos encontrar por la calle personas que irradian felicidad en su recorrido por la vida, aun cuando por dentro las penas carcomen sus entrañas. Lo más triste no es la actitud optimista que le exigimos a nuestros iguales, sino encontrarnos demasiado atareados con la vida diaria como para darnos cuenta de lo que en realidad sienten y ocultan tras su mascarada.
Al igual que con los muertos, el observar a los vivos nos pone en duelo. Finalmente se contraponen los valores que tratamos de defender a capa y espada una vez que observamos nuestro reflejo futuro en la muerte o ya descubriendo que sufrir es una de las tantas maneras de demostrar que estamos vivos.
Tal vez por eso siempre me agrada mirar a las personas a los ojos.
16 de diciembre de 2006
Amistad, amor

A mis amigos, cuyos nombres, misteriosamente, poseen la letra A
Al principio es la letra A. En hebreo, árabe, griego, cirílico y los sistemas de escritura basados en el alfabeto romano el origen siempre es A. Incluso en algunos conceptos matemáticos. La línea, por ejemplo, es una sucesión de puntos cuyo principio siempre será A. Nos es gratuito, al menos para mí, que dos de los ideales que el hombre dice proteger sean el amor y la amistad. Su opuesto, el odio, inicia con O, cual Alfa y Omega.
Prefiero ubicarme en el bando del amor y la amistad. Toda mi vida he hecho eso. Nunca he sido de los que deliberadamente van por el mundo destruyendo amistades o lazos de cariño. Prefiero luchar y morir en el intento antes que perder a un ser querido. Es por esa razón que jamás he comprendido a aquellas personas que de un día para otro pueden tomar la abrupta decisión de cambiar de página como si se tratara de ponerse un traje nuevo. La vida me ha rodeado de ese tipo de personas y no por eso he dejado de lado mis creencias.

+++
Ha sido difícil seguir atado a mis convicciones. Me he aferrado al amor incluso después de escuchar que he sido el peor error para alguien que debería estar feliz por mi existencia. Esa persona, a pesar de la crudeza de sus palabras, aún cuenta con mi cariño. Muchos más me han lastimado, quiero creer que de forma involuntaria. Son ellos quienes cuentan con mi cariño aun cuando las circunstancias no favorecen un contacto más cercano por el momento. Los otros... que vivan tranquilos. Ningún mal les deseo.
A mis amigos, a los que han estado ahí desde siempre, apoyándome en rupturas, proyectos, tardes de cerveza y dominó, dedicándome palabras de aliento, llevándome a bailar en el buen sentido de la frase, no me queda más que agradecerles por su honestidad. Por mentarme la madre cuando lo merezco. Por llegar con una sonrisa cuando la polvareda de mis escombros llega hasta ustedes. Por criticarme de la manera más brutal que pueden. Por lo que tenemos y por lo que llegará. A todos ustedes que han estado ahí, a los que permanecen al pendiente, a los que me dicen las cosas no con la intención de lacerar sino de ayudar: Gracias.
17 de diciembre de 2006
Búnbury, Enrique

Y si ayer dije blanco y mañana de un salto me paso a lo negro, no lo veas extraño, aún ando buscando donde me quedo. Enrique Búnbury
Bien. Presunción es quizás la mejor palabra para describir al también conocido como aragonés errante. Muchos podrán o no estar de acuerdo, sobre todo sus fieles seguidores, quienes, por lo general, hablan de él como si fuera un enviado de dios. Yo he de confesar que simplemente soy seguidor de su trayectoria musical, sobre todo a partir de etapa solista.

+++
Utilizar la nominación de “Los Héroes del Silencio” para un conjunto musical habla de una confianza extraordinaria en lo que se hace. Probablemente sea por esa razón que Búnbury no sea del agrado de muchas personas. En más de una ocasión he asumido una pose similar a la de Enrique, y no son pocas las rivalidades que he adquirido por ese motivo. Digamos que el mundo no soporta a personas decidas a lograr sus metas. Sin embargo, el riesgo de tomar posturas decididas es la soledad. Más de una vez he podido corroborar lo dicho. Para seguir con la colección de frases gastadas, quizá ese sea el precio del éxito.

+++
Lo que en un principio fue el camino del exceso y las posturas arrogantes terminó por convertirse en una ruta más íntima. De pronto Búnbury se transformó en una persona diferente, más cálida, más humana. La postura de pseudo poeta que se respiraba a través de frases plagiadas de poemas de William Blake y Mario Benedetti (sobre todo con los Héroes) muy pronto derivó en un músico y letrista honesto.
Aunque no ha dejado de imitar a sus héroes (Bowie, Calamaro, Dylan, Morrison), la música que elaboró a partir de Pequeño nos mostró una faceta renovada del cantante. Hace seis años, en el Foro Sol, ante más de veinte mil personas (entre ellas yo), no dejaba de respirarse un ambiente de cercanía entre músico y público. La aparente contradicción entre su etapa magnánima de estrella de rock y su nuevo mundo arrabalero, donde se sienten como propias las atmósferas de tango, bolero, rancheras, corridos, blues y jazz, sólo demuestra que en esta vida no hay mas que renovarse o morir. Así pues, madurar se vuelve parte del proceso de nuestras vidas, y éste, como todos, sólo terminará con la muerte. Lástima por aquellos que no conocen dicho verbo.
18 de diciembre de 2006
Cristo

Yo vine a alborotar los pueblos y cómo me gustaría ver ya a todos alebrestados. Pero tengo miedo, no se crean, porque esto se paga con la vida. ¿O qué pensaban, que mi mensaje era de paz? Es de guerra, no tiene remedio. Por mi causa se pelearán los pueblos entre sí, los amigos entre sí, hasta las familias. Va a estar duro. Vicente Leñero

Constantemente me pregunto ¿cómo es que un libro llega a nuestras manos? ¿Será que simplemente está aguardando el momento exacto de abordarnos y transmitirnos toda su carga de palabras? Esta historia, quizás sea valida conmigo para describir lo que me sucedió con El evangelio de Lucas Gavilán de Vicente Leñero.
La primera vez que pude acercarme a dicha novela fue en casa de mis abuelos paternos, cuando, apilada en un montón de papeles propiedad de un tío, llamó mi atención su portada extremadamente fea. Comencé a leer sólo para matar el tiempo (inocente palomita) y nunca más volví a pensar en aquel libro.
Hace no poco tiempo, y gracias a mis cristológicas aficiones, pude redescubrir esta obra para utilizarla con fines académicos. El primer paso fue, obviamente, releerla. Sin embargo, fue un requisito que tuvo que aguardar más de lo debido. Ahora que he cumplido con mi deber me doy cuenta que la primera vez que hice contacto con la obra de Leñero no pude comprenderla cabalmente.
Para mí, hoy se ha convertido en un libro misteriosamente actual. El Jesucristo que presenta la instancia narrativa nunca deja de actuar como un caudillo. Muchos de los diálogos del personaje principal tienen una peligrosa semejanza con los de cierto político cuya última mención en estas páginas sirvió para tacharlo de mesías. Basten unas breves líneas para darnos una idea sobre quién hablo: “El que no está conmigo está contra mí. Y el que no coincide conmigo se equivoca.” ¿Adivina usted, querido lector?

+++
Al presentar mi proyecto de investigación a los miembros del taller de sociocrítica, Mauricio, invitado especial a la sesión del día, comentó que la instancia narrativa nos ofrecía una figura paternalista dispuesta a todo con tal de defender a los desprotegidos. Coincidimos con él en aquello de que el Jesucristo de la obra manejaba una visión bastante maniquea de la realidad: ricos y pobres.

+++
Nuestra generación sigue esperando al héroe que se le ha negado. Creo que muchos esperábamos (me incluyo) un llamado violento de nuestro caudillo favorito: Andrés Manuel López Obrador. Así, en caso de llegar su muerte, conseguiríamos al chivo expiatorio de nuestros tiempos con el cual justificar que alguna vez pertenecimos a una lucha.
No deja de ser una lástima que tratemos de inventar al ídolo de nuestra generación. Que dejemos de lado la crítica para seguir buscando un padre que nos defienda. Y lo que es peor: que creamos que obteniendo un mártir todo va a cambiar. Qué triste que la vida real no sea como los evangelios: ahí Cristo siempre va a lograr su cometido...

P. D. La recomendación bibliográfica es, por supuesto: Vicente Leñero. El evangelio de Lucas Gavilán. México, Punto de lectura, 2003. 331 págs.
19 de diciembre de 2006
Dominó

A todos aquellos que me han derrotado jugando dominó
Durante este año se dio entre los Infrahuevonistas una extraña afición por volvernos ficheras. Digo, ficheras de dominó, porque todas las tardes las pasábamos en ese lugar carente de nombre pero pletórico de alma al cual decidimos llamar, con mucho cariño, Chela Diez Pesos. Desgraciadamente, todo cambió el día que A conoció a C, ya que, a partir de entonces, las veladas de dominó fueron desapareciendo paulatinamente.
La última partida memorable que recuerdo fue en casa de Juan José. Ese día, él y yo salimos del taller de Luis Vicente de Aguinaga y decidimos compartir una buena botella de vino tinto. Eso, o lo que menos de cincuenta pesos pudieran comprar. El propósito de aquella tarde era platicar, pues desde que Juan había terminado con Paola nos habíamos olvidado un poco el uno del otro. Sin saberlo, aparentemente nos estábamos despidiendo.
Claro que he vuelto a jugar, mas he de confesar que no ha sido lo mismo. La dupla perdedora que conformábamos Paola y yo al enfrentarnos a Juan y Omar era formidable. Qué decir de aquella Armada Invencible que fue la mancuerna entre el señor Nuño y yo, o las célebres ocasiones en que Manuel procedía a preguntar sistemáticamente ¿qué es tener juego?
Es obvio que lo que más extraño es la unión que existía en ese momento. Tristemente, y así lo siento, A dejó que C lo consumiera. En términos de dominó, C le ahorcó todas sus mulas, lo cual impidió que aquello fuera un juego digno del recuerdo. Partidas vendrán y se irán. El destino nos volverá a poner frente a frente, quizá como rivales, quizá como compañeros. Y espero que así sea.

+++
A pesar de que Juan decidió abandonar el Infrahuevonismo, el dominó sigue siendo un pretexto para los que permanecemos en el grupo. El mismo Manifiesto Infrahuevón lo menciona. Y no importa que sea poco o mucho lo que juguemos. A falta de un buen encuentro, dejemos que, por el momento, la coyuntura sea Dominachuela...
20 de diciembre de 2006
Escribir

En estos últimos días he pensado demasiado en el asunto del por qué de la escritura. Tal vez lo haga sólo por justificar mis estudios en una carrera que a más de uno puede parecerle estúpida. Quizás la búsqueda de razones venga de mi espíritu de investigador privado que desea conocerlo todo. No lo sé. En verdad lo ignoro. Probablemente escriba con la intención de conocerme mejor, aunque después de algún tiempo me diga a mí mismo: “¡Ve esa mierda! ¡Y tú la redactaste!” En fin...
Y es que en esta vida hay que aprender que no todo lo que se escribe es bueno. José Emilio Pacheco no deja de sorprenderse con la irresponsabilidad de los jóvenes escribanos que, a las primeras de cambio, desean ver publicados cada uno de sus textos. Es evidente que aquellas personas dedicadas al noble oficio de la escritura sueñan con vivir de su trabajo, pero de eso a aceptar como publicables todos sus escritos huelga bastante.
Borges mismo pone en tela de juicio más de algún texto suyo en el, para mí celebre, “Borges y yo”: “Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas.” ¡Y lo dice él! He de confesar que, en mi muy particular caso, escribo para descubrir un estilo. Noche tras noche entro en disputa conmigo mismo, pues he tomado conciencia de cuantas cosas he redactado en estas páginas. Más de una vez me he manifestado en sentido opuesto a viejos patrones por mí abrazados, así como también he reafirmado perspectivas y rutas trazadas anteriormente.
Más allá de compartir con otros los demonios que día a día nos inventamos, pienso que escribimos para ponernos en conflicto. La redacción constante del yo nos ayuda a la introspección, a descubrirnos como entes llenos de contradicciones, aficiones y desencantos. Que el ejemplo de José Revueltas nos baste para demostrar lo dicho a lo largo de estas líneas. ¿O quién más para confirmar la disputa entre el creyente católico y los firmes ideales socialistas que atacan la existencia de instituciones religiosas? He ahí el por qué de su genialidad.
21 de diciembre de 2006
Fedro Carlos Guillén

Es claro que en este planeta de diversidad infinita existe gente muy bruta y otros que son pura lumbrera. Por supuesto, y dado que el mundo no es bipolar, a la mitad de ambas categorías de lucidez nos encontramos el resto de los mortales... Fedro Carlos Guillén

Fue ya hace algunos ayeres cuando, después de una decepción amorosa, me lancé de compras, cual niña despechada, a la tapatía Plaza de Sol. Siendo hombre, apliqué la premisa de la mujer Cosmopólitan: no hay nada que una tarde de compras con el troyano de American Express no pueda solucionar. Para bien o para mal, no sé por qué ese chico no es mi amigo.
Para cuando decidí abandonar dicho centro comercial llevaba en las bolsas cosas tan bonitas como inservibles; entre ellas, un casette (yo tuve varios de esos) de Café Tacuba y una revista titulada La Mosca en la pared. La cinta magnética enrollada sobre sí misma y cubierta por un estuche plástico acabó en la basura, fiel al destino de toda tecnología rebasada. La revista aún permanece conmigo y huelga decir que me volví un lector regular de la publicación.
Y es que de no haber sido por tal compra, jamás habría conocido infinidad de música que el día de hoy me acompaña. Claro, los acordes se vuelven música de fondo para el otro gran acierto de La Mosca: las plumas que escriben ahí. Entre otros, en esas páginas he descubierto autores como Armando Vega Gil (ganador en este año del Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí), José Agustín, Eusebio Ruvalcaba, Adriana Díaz Enciso (tapatía que no le tuvo miedo a dejar el terruño) y el genial Fedro Carlos Guillén.

+++
Faltaban pocos días para que concluyera este semestre. En la cafetería de Moy nos encontrábamos Tonatiuh, Manuel y yo. Fiel a mi costumbre, desencadené, gracias a un comentario aparentemente estúpido, una discusión acerca de la literatura mexicana. Llegamos a la conclusión de que el género que mejor le sienta a los nacidos en territorio azteca es el ensayo.
Así, mientras ellos incluían en sus argumentos a Octavio Paz o a Carlitos Monsiváis, yo no dudé en postular al maese Fedro Carlos. Ambos mostraron absoluta ignorancia al respecto, por lo que procedí a leer unas líneas de tan ilustre personaje. Y mientras yo buscaba la Crónica alfabética del nuevo milenio en mi mochila, ellos decidieron que era tiempo de acudir a su siguiente clase.
Esa misma semana tuve que suplir, en el cargo de profesor de bachillerato, a la amiga de una amiga. La asignatura era Literatura I. “Mis meros moles” me dije a mí mismo. Acudí al día siguiente a dar mi clase y, aprovechando la autoridad que me brindaba el estar frente a una turba de estudiantes, pude leer en público las sabias palabras del señor Guillén.
“Son las 8:35 p.m., me dirijo al hogar para gozar de algo que la gente pendeja llama ‘un merecido descanso.’” Las risas no tardaron en aparecer. Resultados similares he obtenido con todos aquellos a quienes he aplicado dicha prueba. Y es que reflexionando un poco en el epígrafe que acompaña a esta entrada, a la mitad de los extremos de idiotez y gente brillante se encuentran los críticos.
Nicolás Barros Lugo dice: “Sólo los problemas sencillos -los llamados comunes y silvestres-, reclaman de nosotros un examen ceñido, como esas inspecciones rasantes que hacen en una rama las hormigas, pues sólo allí, en su aparente insignificancia y transitoriedad, habrá lugar para lo perdurable y aun para lo verdadero.” Nada mejor para definir la obra de Guillén.
Bibliografía: Fedro Carlos Guillén. Crónica alfabética del nuevo milenio. México, Paidós, 2003. 131 págs. (Col. Croma Núm.16). Del mismo autor: Digresiones con resortera. México, Editorial Lectorum. 147 págs.

viernes, 15 de diciembre de 2006

8 de diciembre de 2006
Andrés Manuel López Obrador
A Laura
Me había prometido a mí mismo dejar de hablar del presidente legítimo de los Estados Unidos Mexicanos: el señor Obrador. Todos aquellos que han seguido este espacio tuvieron la oportunidad de presenciar desde esta trinchera una de las defensas más apasionadas que le pude hacer al señor López. Sin embargo, después del 16 de septiembre de este 2006, Obrador fue enredándose cada vez más en su disfraz de mesías.
No me malinterpreten. Aún creo que Calderón llegó al poder de la forma más sucia posible y estoy en absoluto desacuerdo con la publicidad que manejan los medios diciendo que el dos de julio todo salió bien. Aquello de las manos limpias no se lo cree ni su abuelita. Defiendo esa causa. Sin embargo, he de declarar que no me parece válido el modus operandi del tabasqueño.
Obrador tuvo dos opciones el día de la tan mentada Convención Democrática: llamar a las armas (suena drástico, pero aún contaba con credibilidad y muchos lo hubieran hecho pensando en que eso era la última solución) o aceptar la derrota de la forma más digna posible. Andrés Manuel pudo declarar que reconocía el resultado adverso a pesar de contar con elementos para probar el fraude (de que los tenía no cabe duda, el problema fue que jurídicamente estuvo mal asesorado). Pudo haber sido más osado. Con el apoyo que se le manifestó ese día (más de un millón de personas tan sólo en el Zócalo) era conveniente declarar que cada acción del gobierno de Milhouse Calderón sería revisada por su equipo de trabajo. Esa visión de estadista lo habría catapultado directamente hasta la presidencia del 2012.
La historia, sin embargo, todos la conocemos. Obrador se autonombró Presidente Legítimo de México y tomó posesión el día de San Aniv. de la Rev. Ahora anda de tour por el país solicitando que se le depositen sus honorarios en una cuenta bancaria. ¿Pues no que él hace todo por mero desinterés? Digo, eso sin mencionar lo que dice Roger Bartra de su persona (en algunos puntos de su discurso, Obrador se ha manifestado, igual que Calderón, como alguien de derecha moderada) y algunas opiniones que he compartido en clase con la Doctora Cecilia Eudave.
Finalmente es bien sabido que son pocos los pensadores de izquierda que, al llegar a cierta edad, permanecen atados a su ideología. Obrador parece estar más ocupado en las ventajas que el poder le ofrece y deja de lado los verdaderos intereses por los cuales él luchaba.
En una visita a la Universidad de Guadalajara, Salvador Allende, presidente chileno derrocado por la Junta Militar de su país y el gobierno de los Estados Unidos el 11 de septiembre de 1973, declaró: “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción incluso en la biología.” Sigamos sus palabras. La izquierda es de los jóvenes, no de unos cuantos que aspiran llegar al poder a como dé lugar. Es tiempo de hacer verdadera crítica.
9 de diciembre de 2006
Por no escapar del estereotipo...
...los obesos son perezosos y carecen de higiene personal (y los italianos son guapos, las mujeres que miran fijamente son putas, así como los brasileños son buenos futbolistas, agregaría un servidor, que ha sucumbido a la avalancha del estereotipo). Fedro Carlos Gullén
Dentro de la colección de clichés que elabora el hermano de Sarita (¡hermosa!), no puede faltar una sección dedicada a los estereotipos, pues son éstos uno de los mejores ejemplos de cómo, a partir de una generalización, las personas con alguna característica específica, pasarán a ser considerados resultados de un proceso de fabricación en serie.
Pensemos, por ejemplo, en los escritores. Fuman mucho (cabe aquí la posibilidad de que sea marihuana), beben más, son viejitos, panzones y pelones. ¿O no? Pensemos ahora en un cibernauta. Jóvenes obesos, llenos de acné, con lentes y carentes de vida sexual (de ahí que por lo general estén clavados en algún chat fingiendo ser doncellas ardientes). En cierta forma tengo algo de escritor, aderezado con un poco (sólo un poco) de cibernauta y para nada soy gordito, alopécico o cegatón. Ni siquiera carezco de vida sexual, porque todas las noches me hago cariñitos.
A pesar de eso creo que hay algunos cuantos estereotipos que siempre serán ciertos. Y por eso los comparto con usted. Estudiante de letras variante hippie: morral de estambre, huaraches San Juaneros, camisa de manta, barba larga y cola de caballo; este espécimen suele hacer sus compras literarias en librerías de viejo. Estudiante de letras variante fresa: playera comprada en la FIL con el rostro de algún escritor (casi siempre es Cortázar); morral de Gandhi, Fondo de Cultura, o, si se es muy fresa, de marca; suele ir de shoping con el hindú pacífico en busca de descuentos inexistentes. Estudiante de derecho: cocainómano, bandero y fresa; en ocasiones se acuerda que tiene clases. Estudiante de trabajo social: gordita, le va a las Chivas, no se pierde La fea más estúpida (digo, Bella) ni el Tv y novelas. Estudiante de filosofía: pachequito (añada los valores atribuidos al estudiante de letras hippie).
¿Y los demás? No nos hagamos bolas, que todos pertenecemos a algún grupo bien claro y definido. Si no ¿qué chiste tendría vivir en sociedad?
10 de diciembre de 2006
Crónica de un campeonato anunciado (a lo cual me pregunto ¿por qué siempre deconstruimos a Gabo? ¿Hemos creado a partir del uso un sintagma fijo?)

A menos que usted, mi querido y atento lector, viva en el planeta Marte o fuera de las fronteras de la siempre contradictoria geografía mexicana (ya que, según los defectuosos, las personas que viven al interior de la República curiosamente no son las que están al centro), habrá notado que el día de hoy las Chivas Rayadas del Guadalajara conquistaron su estrellita número once.
Este trascendental asunto ha logrado mantener a la nación chiva (Enrique Garay dixit) pegada a sus televisores o celebrando en la Minerva luego de importantes victorias ante América o Toluca. Por supuesto que aquellos que disfrutaron estos partidos nunca se enteraron cómo fue que parte del gabinete de Calderón tomó posesión (lo hizo tan sólo a media hora de haber concluido el clásico de clásicos, cuando toda la fanaticada estaba beoda) o de los avisos fiscales que dio el Secretario de Hacienda, Cartens (justo el día que Chivas y Toluca disputaban el episodio uno de la final).
Recuerdo haber afirmado en este espacio que a Chivas le deparaban buenos resultados en esta liguilla. No fue una observación de seguidor rojiblanco, sino más bien un llamado de atención de alguien que pretende crear conciencia acerca de la situación que le depara al país. Como decían los romanos: al pueblo pan y circo. Los Aparatos Ideológicos de Estado, conocedores del antiguo adagio, lo aplican sin empacho a la menos provocación. ¿O usted hubiera visto la final de haber sido Tecos contra Atlante? ¿Verdad que no?
El hecho de que el equipo de fútbol más popular de México haya llegado a la final de puro panzazo y se alzara con el campeonato justo en fechas en que el entorno socio político es por demás apremiante, me deja un amargo sabor a sospechosismo (sic de Santiago de Creel) en la boca. No es por paranoia, pero... que conveniente ¿no?
11 de diciembre de 2006
Acerca de Dominachuela
No hace mucho tiempo que estoy trabajando en la idea de escribir una novela sobre la Conquista de México. A algunos lectores, sin embargo, les parecerá extraña la referencia a Rayuela en una nominación por demás fea. Para ser sinceros, Dominachuela es un mote puesto con mucho cariño y surgido al calor de las cervezas de diez pesos gracias a las ideas de mi Omarcito precioso.
+++
“En estos días transpiro Dominachuela,” fue lo único que atine a decirle a Sarita al comentarle los adelantos que he tenido en el proceso de creación de esta novela. Y no es que a estas alturas ya tenga el primer borrador terminado, pero las ideas fluyen a caudales cuando debería estar trabajando en mis tareas escolares y mi proyecto de investigación para sociocrítica (del cual por cierto ya tengo adelanto para la inevitable sesión de mi retorno).
+++
La referencia a Rayuela puede atribuírsele a la lectura guiada y sugerida al principio de dicho texto. Por otro lado, lo del dominó se debe al Sagrado Manifiesto Infrahuevón que dice, en su capítulo V, punto número cinco: “Utilice el dominó como a usted mejor le plazca, cualquier cosa que esto signifique.” Fiel a los principios que redacté como evangelista de la nación Infrahuevona, inscribo mi obra dentro de este movimiento.
No puedo adivinar lo que le depara a este proyecto. Me entusiasma la idea de sudar sangre cual Cristo a punto de ser llevado al matadero. Mi problema acaso es la desidia, como bien atinó a decirme mi dulce Sarita. Es por esta razón que, con hueva y todo, me preparo a pasar de las nociones generales y algunas imágenes ya fabricadas a la redacción seria de un borrador capaz de participar en el recién convocado Premio Latinoamericano de Primera Novela “Sergio Galindo.” Me deseo suerte.
12 de diciembre de 2006
Beethoven, Burgess y Kubrick

No he dejado de pensar que la mejor manera de sublimar la violencia es con un buen fondo musical. Piensen simplemente en la matanza de los miembros de la mafia asiática en Kill Bill a ritmo del Avispón Verde (y no de los Black Eyed Peas, como me comentaba un primo).
Esto viene a colación porque en la mañana, mientras desayunaba, tuve la ocurrencia de volver a ver A Clockwork Orange (La naranja mecánica). Para mi muy particular gusto, esta excelente película tiene el acierto de musicalizar las escenas más descarnadas a ritmo de la novena sinfonía de Ludwig van Beethoven, lo cual refuerza el concepto de que la violencia es lo máximo en la mente del joven Alex.
Independientemente de esta opinión personal, luego de haber visto esta película más de veinte veces y gracias a algunas herramientas obtenidas de la fabulosa sociocrítica, he podido observar que en la obra siempre existe la oposición entre nuevo y viejo. Por ejemplo; Alex, a pesar de ser un joven, en más de una ocasión se manifiesta a favor del viejo mete-saca. Podemos observar otra muestra de estos textos semióticos cuando, luego de un desafortunado encuentro con sus antiguos compañeros, y ya en casa del literato, Alex es reconocido como una víctima más de los tiempos modernos. Por otro lado, la narración del protagonista se da a partir del recuerdo de sus viejas aventuras.
Dentro de los elementos de la cinta, me parece pertinente notar el uso del lenguaje. El hecho de que Alex se exprese alejado de las formas coloquiales de su entorno, nos habla de un estado donde se es lícito incluso violentar el lenguaje. Alex es consciente de esto, pues ante sus superiores utiliza un lenguaje más “conservador” o propio, por así decirlo.
De tarea: a nivel cromático existen varios elementos pertinentes para el análisis. La cinta inicia con una secuencia en color rojo que cambiará a azul y de vuelta a rojo. Una observación de Sarita, al comentarle mis impresiones, fue ¿por qué la banda de Alex siempre viste en color blanco? Ayúdeme a descubrirlo mi querido lector. Nos vemos para la próxima.

P. D. Niña, gracias por todo. Sé que eres inocente de todo cuanto ha pasado en el transcurso de estos días. La única pregunta que me queda es ¿por qué...?
13 de diciembre de 2006
Honestidad brutal
Podría decirte que agradezco tu sinceridad. A pesar que así lo siento, nunca he dejado de pensar en lo gastada que resulta dicha frase, pues la mayor parte de la gente la emplea a pesar de tener miedo a lo que va a escuchar. Sin embargo, ya estaba listo para la verdad que estaba a punto de salir de tus labios. Ni siquiera necesitabas mencionarlo para que yo tuviera idea de lo que pensabas. Lo que no puedo entender aún es ¿por qué? ¿Qué pasó en el transcurso de una semana? ¿El amor y el cariño que sientes por alguien pueden huir en tan breve lapso de tiempo? ¿Hice algo malo acaso? ¿Deje de hacer algo? ¿Crees que no me di cuenta de lo que pasaba?
Todas las personas me han dicho que lo único que hiciste fue jugar conmigo. Sé que no es cierto. Quiero creer que no es cierto. Por eso fui a buscarte. A escuchar una palabra que me dijera que no es así. Fue triste para mí que no pudieras articular alguna frase referente a nosotros. Es triste porque estoy deshecho y no encuentro la razón para ponerme de pie.
Si tu me vieras por la calle pensarías que soy una persona normal. Que nada me afecta y que soy fuerte. Esa es la imagen que siempre doy. Asómate a mi alma y verás que es un despojo. No salí ileso como afirmaste. Aun cuando ya sabía que esto no iba a durar (se notaba a leguas) nunca imaginé salir tan lastimado. Me dueles. A pesar de todo el cariño que siento hacia ti no puedo dejar de pensar en tu honestidad brutal. Abriste tus sentimientos hacia mí para decir que no podías estar a mi lado. No me siento engañado a pesar de que todos afirman lo contrario.
+++

Dime algo que no sean las gastadas frases de siempre. No me digas que te da miedo perder mi amistad. El único camino para perder ese valor es la mentira. Yo te prometo no usar los mismos clichés de siempre. Prometo no decirte que agradezco tu sinceridad. Prometo agradecer tu honestidad brutal una vez que hayas derrumbado la más mínima ilusión o hayas reconstruido hasta el último despojo. Que la amistad no te preocupe. Esa siempre estará ahí. Eso sí, no me pidas que cierre puertas y ventanas si es poco o nada lo que queda en pie...
14 de diciembre de 2006
Pérdidas
Todo lo que no sea pasión desenfrenada o amor extraordinario es una pérdida de tiempo. En este mundo hay muchas cosas mediocres y el amor no debería de ser una de ellas. Yuridiana González Terrazas

Estoy triste.
Qué triste todos dicen que soy, que siempre estoy hablando de ti, no saben que pensando en tu amor he podido ayudarme a vivir... Roberto Cantoral.
Sólo puedo cantar.
Canto porque me levanto siempre con las mismas penas, con las heridas abiertas que siguen sin cicatrizar. Vago por las veredas, por desiertos, por la selva, surcando los anchos mares hacia ningún lugar. Canto porque me canso de dar explicaciones. No tengo soluciones ¿Para qué tanto preguntar? Salto de cama en cama, de boca a boca, de falda en falda. No vuelvo por donde vine, nunca viro hacia atrás. Y no hay ni mejor ni peor pues con la gente que tropiezo sufren del mismo dolor. Están igual, el mismo dolor. No hay ni mejor ni peor, si estás quieto o en movimiento, sufres el mismo dolor. Estás igual, el mismo dolor. Canto porque me harto de lugares concurridos, de esquemas aburridos para conseguir seguridad. Parto de aquí a otro lado. Crías cuervos y te comen los ojos luego. Canto porque me levanto siempre con las mismas penas. Y no hay ni mejor ni peor pues con la gente que tropiezo sufren del mismo dolor. Están igual, el mismo dolor. No hay ni mejor ni peor, si estás quieto o en movimiento, sufres el mismo dolor. Estás igual, el mismo dolor... Enrique Búnbury.

Es eso o pensar en lo que fue.
Ataste tu piel a mi piel y tu boca a mi boca. Clavaste tu mente en la mía como una espada en la roca y ahora me dejas como si fuera yo cualquier cosa. Estoy preso entre las redes de un poema. Eres tu quien me puede ayudar o me condena. Eres lo mejor de mi pasado. Eres tu quien ahora me tiene enamorado. Camilo Blanes.
No puedo negar tus palabras.
¿Cómo decirte que no? ¿Cómo luchar con tus ojos de ángel? Sergio Rotman.

Puedo apostarle a tu regreso.
Escucho las voces de tango al ver todas las bajas que he perdido al seguir en la timba de amar, en la puerta de un bar, atado a un querer por ti. Mauricio Aznar.

O resignarme a que ya no estás.
Tengo una cita esperando con las palabras, las que nos dijimos un día y que todavía sigo pensando. A veces se me aparecen en algún rincón, me cuentan lo que fuimos pero no dicen cómo fue que terminó. Tengo una cita con tu recuerdo para ver que queda aún de ti. Julieta Venegas.
Pos data.
No creas lo que te digo ahora. Hablo así porque me duele. Cree en mis ojos de alguna vez cuando nos mirábamos. Julieta Venegas.

viernes, 8 de diciembre de 2006

1 de diciembre de 2006
Robert Louis Stevenson

Me gustan los relojes de arena, los mapas, las etimologías, la tipografía del siglo XVIII, el sabor del café y la prosa de Stevenson. Jorge Luis Borges
Muy pocos escritores han ganado mi entusiasmo de manera tan inmediata como en el caso de Stevenson, escritor reconocido más que nada por sus celebres Isla del tesoro y El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (que por supuesto, y dadas mis Infrahuevonas condiciones, aún no he leído). Esta fascinación por el Tusitala (contador de historias) escocés comenzó gracias a Borges. Una vez que tuve entre mis manos una antología de sus ensayos no pude mas que admirar su estilo.
Sin embargo, me une a Stevenson algo más que el gusto literario. Al igual que él soy hombre de pulmones débiles y no sé si esto fue el leit motiv que me ligó a su escritura de manera determinante.
+++
De la poética stevensoniana se pueden desprender algunos puntos muy útiles para más de algún “escribidor”: a la literatura se le pasa tijera, el mérito de un escritor no está en dilapidar su esfuerzo elaborando arduas descripciones, sino crear una atmósfera con los mínimos elementos. Ojo: esto no quiere decir que el texto sea pinche desde el principio. Existe una diferencia entre utilizar los elementos mínimos y regatearlos.

+++
No hace muchos días afirmé que no le tengo miedo a la muerte. Si alguna vez el Guasón del Batman de Burton me pregunta ¿has bailado con la muerte a medianoche? podré responder afirmativamente, porque efectivamente, alguna vez tuve un colapso pulmonar a esas horas. Sin embargo, luego de los felices acontecimientos que han acontecido en esta semana bien podría retractarme un poco: quiero vivir para descubrir la vida al lado de la mujer que amo. He dicho.
3 de diciembre de 2006
Dolor occidental

Que no me lleve al hospital, no es que desconfíe, es que no me fío de la medicina occidental. Que no me lleven al hospital, si ya me encuentro mejor... Búnbury
El ser humano no le teme a la muerte. Finalmente sabe que ese es su destino y trata de llegar a él a toda costa. Cada movimiento de su vida es un trepidante viaje a los brazos de su hado; desde el hombre que se persigna antes de salir de casa, pasando por la mujer que mira cómo una toalla sanitaria es capaz de retener el flujo de vida y muerte que corre entre sus piernas cada veintiocho días, hasta llegar al anciano que, cigarrillo en mano a pesar de tener prohibido fumar, cree seguir celosamente las instrucciones que le da su doctor.
El punto queda claro, entonces. El ser humano no le teme a la muerte. La única amenaza a su felicidad es el dolor, y es éste, precisamente, un cáncer que trata de eliminar utilizando para ello formas vacuas de vida: religiones, medicamentos, estimulantes, drogas o espectáculos absurdos.
+++
No hace ni media hora que terminé de ver 21 grams. En esta misma semana releí por segunda vez en un año Un dulce olor a muerte, novela que terminó por atraparme en sus primeras páginas aun cuando sólo la compré para tener tema de conversación con Saray. La mente maestra detrás de estas obras es Guillermo Arriaga.
En la breve charla que tuvo durante la presentación de El búfalo de la noche, nuestro autor afirmó que la sociedad cada día se olvida de la muerte y el dolor. En el mismo evento Xavier Velasco demostró ser más un producto de la mercadotecnia que un dechado de inteligencia cuando comentó que la carne que comemos es mejor si se nos da servida en un plato de hielo seco envuelto en plástico, pues sólo así somos incapaces de ver un doloroso proceso de muerte. Finalmente, y retomando el discurso de Arriaga, cerrar un ciclo, al igual que iniciarlo, es aceptar esta posibilidad al dolor, es rebelarse contra la alienación de un mundo que ha obligado a los hombres (en sentido genérico, igualitarios castrantes) a refugiarse en sus artilugios digitales de varios ram de memoria.
+++
He llegado a la conclusión de que no le tengo miedo a una muerte normal. Me aterroriza el sufrimiento que pueda generar, en mí y en otros, una muerte lenta anclado a la cama de un hospital. Alargar el letargo que precede a la muerte me parece una mala broma de la alienante cultura occidental.
4 de diciembre de 2006
¡No puedo más!

No sé por qué, pero no puedo escribir. Quizás retengo demasiada caca en el recto para intentarlo, como bien nos decía la doctora Lao. Su teoría de la vida era muy sencilla: las personas que no saben disfrutar de la vida no van seguido al baño. Y es que estoy de acuerdo con ella en que este lugar es uno de los espacios más íntimos que tiene el ser humano. Increíblemente de muchos pero misteriosamente privado.
Dice Jodorowsky que la soledad es no saber estar con uno mismo. Mi profesora comentaba que a sus casi cincuenta años aprovechaba sus horas solitarias para verse en el espejo, quererse, masturbarse y cagar. Sólo así, después de jalar la palanca del retrete, podía dejar atrás todo lo malo de su vida.
Pero ¿por qué atribuirle tanta importancia a la mierda? Su teoría reside en el punto en que los estreñidos, a través de los miles de vasos sanguíneos que poseen en el recto, absorben las toxinas de sus heces fecales. Eso tampoco lo dudo, pues es un proceso similar al que sufren las víctimas de los supositorios.
¿Y entonces? Pues carajo, no sé que chingados pasa. Tal vez sea la noche de desvelo, quizá mi trabajo pendiente de Reyes, la incertidumbre de lo que pasará ahora que Milhouse, digo, Felipe Calderón es presidente. En fin. Algo me pasa y no sé qué es. Probablemente me estoy preocupando por una mierda y en realidad no pasa nada...
Pos data de la mañana siguiente: Ya fui al baño. Ya me dieron ganas de escribir e incluso de recomendar libros. Lea la Historia de la mierda publicada por Editorial Pre-Textos. El autor se lo debo, porque no me acuerdo.
5 de diciembre de 2006
Buscando respuestas...

¿Para qué escribir sino para decir de otra forma lo que otros ya dijeron? Premisa particular sin duda alguna, pero comprobada a lo largo de los tiempos y las plumas. Ya lo dice Monterroso: hay tres temas; el amor, la muerte y las moscas. Gurrola, otro sabio, repetía clase tras clase que era necesaria la constante lectura de diversos autores para así saber cómo se han dicho las cosas y no repetir las formas que otros ya han intentado.
La escritura incluso se convierte en la manera de refutar lo que otros dicen. Quizá es una de las razones por las que me agrada manejar un blog. El lector siempre tendrá la oportunidad de interactuar con su escribano favorito, y éste se beneficiará de este medio para saber lo que se piensa sobre su estilo. Cuestiones de la tecnología.
Sin embargo, permanece en mí la cuestión fundamental. ¿Para qué escribir? Dicho de otra manera ¿qué pretendemos al crear algo, si es que en realidad lo hacemos? Nuevamente recordando a Gurrola, él afirmaba que el escritor sólo tiende puentes entre varias obras a través de su trabajo, algo parecido a lo que escuche en la presentación del libro de Rafael Sánchez, hermano de Don Omar. La literatura es nuestra búsqueda de un ideal, pero es una búsqueda inútil. Una vez terminado un texto, queremos encontrar otra cosa, porque lo que hicimos no nos satisfizo.
Y si buscamos en vano ¿para qué escribir? Para liberarnos de nuestros demonios temporales. Para dejarlos plasmados en la virginal hoja en blanco y crear, más que nuevos mundos poéticos, nuevos demonios. Al menos eso es lo que creo.
6 de diciembre de 2006
Borges y yo

Mi relación con Borges ha sido, de entrada, demasiado extraña. Si bien era conocedor de su fama, jamás reparé en ojear siquiera una página suya. Como lector lo descubrí gracias a ese gran promotor de la cultura (y gracias al morbo, hay que decirlo) que es nuestro filólogo y ex presidente Vicente Fox Quesada. Por desgracia, Borges fue confundido con un grande de las letras imaginarias: José Luis Borgues (amigo entrañable de otros excelentes literatos como Rabina Sagore y Sara Margarita).
Uno de los primeros textos que leí fue el cuento “Hombre de la esquina rosada” recomendado por el sabio (fuera de sarcasmo, que quede claro) César López Cuadras. Se desprendieron entonces diferentes recomendaciones. “Borges y yo” digno de ser recitado a la menor oportunidad; “El Aleph”, excelente cuento que recuerda de manera así o más obvia a La divina comedia, y muchos más. En pocas palabras, le tome cariño a su narrativa.
No hace mucho tiempo, en ese increíble espacio que es el taller del gran amigo Luis Vicente de Aguinaga, conocí (casi casi en sentido bíblico) la poesía de Borges. Eso de conocer tiene que ver con que la hice mía. Yo, que tiendo a rechazar sistemáticamente el noventa por ciento de las manifestaciones poéticas, encontré a un autor digno de ser leído y releído más de una vez.
Hoy, gracias a Luis Vicente, tuve la necesidad (bendita amiga mía) de buscar el volumen titulado Elogio de la sombra. Por fortuna, en la biblioteca escolar poseían la obra completa publicada por el grupo argentino Emecé Editores. Ávido de nuevas referencias de Borges, pedí en la biblioteca, para llevar, un Tomo 2, libro en el que encontré, aparte del favorito “Borges y yo”, “Ajedrez”, “Le regret D’Héraclite”, “El golem”, “Junio, 1968” y otros más que desde ya pintan a favoritos de este Infrahuevón lector. A resaltar dos textos que serán mis amigos en cuanta cantina pueda recitar “El vino” y “Soneto del vino.”
Neófito en Borges, su lectura ya me ha dado a otros escribanos que merecen ser atendidos y admirados: Stevenson y Reyes. De uno y otro he revisado su trabajo ensayístico, aunque no está lejos el momento de pasar al trabajo narrativo, en el caso de Stevenson, de quien ya había tenido la oportunidad de hablarles: El extraño caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde. Con el tiempo podré leer un poco más de ambos.
+++
Amigo Borges: Gracias por haber escrito a lo largo de tu vida tan bellas páginas. Tú, que sólo te enorgullecías de aquellas que habías leído, deberías estar orgulloso también de aquellas que nos dejaste. Quizá tu comentario se deba más a la modestia que a otra cosa... Por hoy es todo amigo; tengo cosas que hacer. Y en serio. Gracias.
7 de diciembre de 2006
XX
Puedo escribir de los temas más variados esta noche. Escribir por ejemplo: empataron las chivas, contrario a la fiel creencia que indicaba una victoria segura para así mantener alejado al pueblo de las emisiones noticiosas. Sospechar acaso que el empate es una estrategia para atraer al público televidente a seguir lastimosamente pegado a la caja idiota, observando sin cesar los programas deportivos.
Puedo cantar las canciones más tristes esta noche. (Des)entonar por ejemplo: “Vete ya si no encuentras motivo” o “Y se parece a ti”, mientras pienso que la muerte de Valentín Elizalde distrae a las clases populares de cosas realmente importantes. Mañana tras mañana, mientras observo en las repeticiones de Con todo más detalles acerca de la vida del llamado Gallo de Oro (hazme el cabrón favor), pienso que seguimos observando la hipérbole de una “noticia” mal intencionada.
Se trata de crear lo que Borges llamaría una mitología del arrabal. De perpetuar la figura de un hombre de extracción popular que le cantaba precisamente a los suyos. Ignoro las causas de este fenómeno antes observado en México con Pedro Infante.
+++
Omar ha pasado a ser, desde el día de hoy, mi biógrafo no autorizado. Dadas las continuas referencias que sobre él se hacen en estar tentadoras e Infrahuevonas páginas, muchos han llegado a la conclusión de que Yo soy el biógrafo del émulo reggaetonero. Para saldar esta deuda, mi Omarcito precioso planea escribir mi vida en su blog personal. Desde esta trinchera le mando toda la fuerza que mi Infrahuevonismo me permite.
26 de noviembre de 2006
It’s a beautiful day

Si el lenguaje es otra piel toquémonos más con mensajes de deseo... Cerati
Sé que el día de hoy podría escribir sobre demasiadas cosas. Sobre acciones y detalles de la persona que hoy por hoy es todo para mí. Pero las palabras me rebasan. Son tantas las cosas que puedo decir que paradójicamente impiden mi habla. No puedo mas que agradecer cada uno de los instantes que he vivido a tu lado en tan poco tiempo y desear que el mágico momento de sentirte nuevamente llegue pronto... y que no se vaya de nosotros nunca.
Te quiero...
27 de noviembre de 2006
Y me dieron las diez y las once, las doce y la una, las dos y las tres...

...Y por más que quise no pude escribir.
+++
Hoy tuve la oportunidad de conocer a Guillermo Arriaga. Aquello no fue la charla en que dos personas tratan de establecer nexos en común, sino más bien parte de un fenómeno de retroalimentación entre escritor y lector. Minutos antes, en la presentación de su libro El búfalo de la noche, dejó bien claro que para él ése era el significado de una firma de autógrafos.
+++
Nuevamente un escritor insiste en la necesidad del escribir día a día. Finalmente esa es la única terapia que nos queda para liberarnos de todos nuestros demonios. Dándolos a conocer al mundo entero y esperando que nos paguen por compartirles nuestros traumas. Al menos es mejor que la vida del estudiante de psicología, cuya actividad académica se reduce a ser dado de alta por sus profesores.
+++
Al igual que Arriaga, no le tengo miedo a la muerte. Esa es la máxima actitud erótica que puede tener el hombre. Lo demás es vanidad. Por eso, como dice el dicho: a coger y a mamar que este mundo se va a acabar.
30 de noviembre de 2006
Crónica de un noviazgo anunciado
Esta semana bien puede ser descrita como algo digno de vértigo. Todo comenzó el domingo (porque de hecho la semana inicia los domingos) 26 de noviembre, con una cita para ir a la Feria Internacional Del Libro de Guadalajara. Uno de los mejores días que su humilde servidor pueda recordar. Baste decir que, cual Alfa y Omega, todo inició y concluyó en boca de Saray.
+++
Ni siquiera nosotros imaginábamos que todo llegaría a donde estamos actualmente. ¿Quién diría que puedes conocer a tu alma gemela en la parada del camión? Y sin embargo así es. Estamos juntos y no hay nada más que decir, le pese a quien le pese (que me imagino son varios).
+++
Finalmente ambos tuvimos el valor de aceptar nuestros sentimientos y darnos cuenta que estar lejos del otro es negar la posibilidad al amor. Hoy sé que Clover House es algo más que una casa embrujada. A partir de hoy ése lugar es el sitio donde viví la declaración amorosa más increíble de mi vida. Eso sin contar los chiqueos que he obtenido por estar malito (del cerebro).
+++
Ya con ésta me despido, dijo mi compadre. Si puede y prefiere, compre la revista Revuelta, editada por la Universidad De Las Américas Puebla. Créame, no se arrepentirá...