domingo, 31 de marzo de 2013

La izquierda idiota


31 de marzo de 2013
La izquierda idiota
Ante la idea de un foro ciudadano organizado por #YoSoy132 para discutir la reforma de telecomunicaciones, no puedo hacer otra cosa más que limitarme a decir lo que he dicho muchas veces. Desgraciadamente el movimiento pasó de ser algo propositivo a algo reaccionario y reactivo. En la coyuntura electoral, se tuvo la capacidad de girar la agenda y enfocarla a la discusión que plantearon los jóvenes, pero pasado el primero de julio la izquierda idiota se adueño de gran parte del movimiento.
Con izquierda idiota no me refiero a ningún partido político, ni a corriente alguna que apoye a cualquier candidato. No. La izquierda idiota, (término que le robé a Hugo García Michel) es una masa acrítica que se limita a gritar no, que expulsa a los seres pensantes de sus filas, que cree que la revolución armada es la única solución a todos los problemas, que cree en el caudillismo, en la voluntad del pueblo cuando ésta no va en contra de sus intereses y se limita a oponerse a toda propuesta que venga de aquellos que detentan el poder.
La única solución para dejar de ser una izquierda idiota y pasar a ser una izquierda propositiva, y además influyente es el "trabajo de base". La izquierda idiota debe dejar de solamente gritar no, por muchas razones. Foros como el mencionado al principio (que además deben mantener este carácter ciudadano) se tienen que hacer antes que se presente una propuesta de reforma, porque si no, no trascienden y quedan como meros actos simbólicos. No tiene caso que como ciudadanos discutamos algo sobre lo cual ya no podemos hacer nada. Si la intención es informar, literalmente, cómo nos van a meter la corneta, los ganadores de cualquier partida serán aquellos que están instalados en el poder, pues simulan que hay oposición y todo el juego de la política se reduce a una escenificación brutal.
Así, mientras la izquierda no mejore sus objetivos, sea capaz de planificar tomando en cuenta diversos escenarios y deje de ver más allá de lo inmediato, cualquier oposición sólo validará los mismos vicios y errores del sistema, incluida la represión violenta.

domingo, 10 de marzo de 2013

Notas para un taller de creación literaria (y un mensaje de amor perdido en un arrebato teórico inútil)


10 de marzo de 2013
Notas para un taller de creación literaria (y un mensaje de amor perdido en un arrebato teórico inútil)
Soy de la firme creencia que el impulso creativo no viene de la nada. Para poder llegar a él, es necesario pasar por diversas etapas de observación del entorno y de uno mismo para poder procesar ese mundo que nos rodea y crear algo completamente diferente. Eso que llamamos técnica, también se da en la creación artística en general, y por lo general viene de la observación, el aprendizaje y la apropiación de diversos métodos aprendidos, aplicados y deconstruidos por el creador, quien será capaz en un arrebato de genialidad de llevarlos a niveles completamente superiores. La constancia y el continuo ejercicio de esos métodos son los que llevarán al creador a la categoría de artista.
Sin embargo, en este mundo del do it yourself, la práctica de un método está sobrevalorada. Todos quieren ser el puto Salvador Dalí, pero olvidan que el mismo Dalí, antes de ser el excéntrico bigotón surrealista, realizaba réplicas de los cuadros de otros artistas de diversas épocas. Es peor enterarse que los artistas son poco capaces de expresar lo que ellos mismos saben de su arte, o caen en explicaciones de moda sobre el mismo, o peor aún, afirman haber hecho una mierda que venderá en lugar de una obra que en verdad aporte.
En la literatura, por ejemplo, todo mundo se siente poeta, y pocos son capaces de definir a la literatura. (¿Qué es poesía? Poesía eres tú. ¿Qué es literatura? No lo sé, pero quiero escribir mi literatura en el lienzo de tu piel). Y es que ante las preguntas ¿qué es poesía? y ¿qué es literatura? pocas respuestas serán acertadas, pero ninguna será incorrecta. Sin embargo, si el literato o el poeta no se plantea esta pregunta, y peor aún, si no llega a una respuesta, está condenados a perderse en su hacer.
Desde mi perspectiva, la poesía, como la literatura, son denominaciones a un hacer textual, construcciones discursivas que expresan, valga la redundancia, la subjetividad del autor, cargado de sus valores y sus representaciones ideológicas. Poesía y literatura son sólo términos para nombrar algo y nada más, pero que no representarán nunca el valor de la obra.
En mi experiencia como tallerista es fundamental que el alumno se responda estas preguntas, y que a partir de ahí observe la clasificación de los géneros literarios, tanto los antiguos como los actuales: a saber, en la poesía antigua, la épica, la lírica, y la dramática, y en la literatura actual, como sus equivalentes, la narrativa, la poesía y el guion. La observación de estos elementos nos llevará a notar ciertas características intrínsecas a cada uno de ellos: la narración, la descripción y el diálogo. Estos son, desde mi perspectiva, elementos fundamentales en toda construcción literaria, y que el creador sabrá aplicar y privilegiar en el género que decida desarrollarse para la construcción de su obra, que puede responder a diversos modos: ciencia ficción, terror, erotismo o fantasía, entre otros.
Un modo que me agrada y me resulta favorecedor para el aprendizaje pero de cierta dificultad en su ejecución es el fantástico, pues en él contiene grandes ejemplos de técnicas literarias interesantes. Estas técnicas, llevadas al aprendizaje, le servirán al alumno, y en algunos casos a diversos autores, para mimetizar estilos, y si ambos ponen en práctica dichas técnicas con intención de superarlas, pueden llevar su obra a un nivel distinto.
La pregunta obligada sería, en todo caso ¿qué es la literatura fantástica? Más allá de una denominación que me parece aplicable a toda creación (fantástico me parece que el ser humano sea capaz de crear otros mundos a partir de lo que le rodea) en general podemos definir a lo fantástico como eso momento de duda y oscilación entre lo real y lo imposible. La ficción y lo fantástico ocurren en el límite, en ese resquicio que hay entre dos mundos, no quedándome claro si esa afirmación es mía o la robé de alguien más...

viernes, 1 de marzo de 2013

Tragedia al volante

27 de febrero de 2013
Tragedia al volante
Luz verde. Y sólo corren sus lágrimas...