lunes, 16 de julio de 2007

14 de julio de 2007
Recordando a Homero
Según el amarillo amigo Simpson, Naked Lunch o Almuerzo al desnudo es la gran estafa del cine americano, pues nunca hay tal almuerzo y nadie aparece desnudo. Los mexicanos, en cierto modo, también fuimos engañados por la pantalla grande. ¿O acaso usted aprendió a robar viendo Escuela de rateros?
4 de julio de 2007
Punk, punk; sólo hay uno...
Capítulo I. La música. Nueva York, 1974. Sólo se necesitó de un ejército de cuatro jóvenes aburridos para capitalizar lo que ya venía anunciándose desde The Who, Velvet Underground, Iggy and the Stooges y The New York dolls. Gracias a la idea del Do it yourself, la avanzada de los Ramones puso de cabeza a la gran manzana; una banda punk con un gran sentido del pop, tanto, que hasta Andy Warhol se rindió a sus encantos. “Today your love, tomorrow the world.”
Capítulo II. La actitud, la estética. Londres, 1975. Malcolm McLaren, estudiante de arte y dueño de una tienda de ropa a la moda, luego de fungir como manejador de los New York dolls, decide crear y controlar su propia banda de rock. Con ayuda de Vivienne Westwood les diseña una apariencia basada en ropas rasgadas, como las que ya usaban lo Ramones; insignias y símbolos militares, como las que ya usaban los Ramones; y el nuevo cuarteto, como ya lo eran los Ramones, se lanza a la conquista de una Inglaterra bastante machacada. Lo mejor de este grupo llegó cuando ingresó a sus filas un bajista de actitud mientamadres, como el que ya tenían los Ramones. Sí, podría decirse que los Sex Pistols hacían lo mismo que los Ramones, pero con qué actitud... “Anarchy in the UK.”
Capítulo III. La posición. Londres, 1976. Si el mundo tenía una llaga llamada punk, fruto de una juventud violentada y reprimida, era necesario que alguna parte de ese “defecto” señalara lo que la había provocado. Si los Ramones eran la avanzada y los Pistols habían señalado al régimen fascista de la reina como enemigo ¿no era necesario tener una ideología de combate? Ahí es donde encajan frases como Combat rock o “Creative violence.” Pero ese no fue el principal mérito de los The Clash, quienes entre otras cosas supieron adaptar al punk para que éste recibiera diferentes influencias que enriquecieron su manera de hacer música. Rock, punk, reggae, ska, pop. “Revolution rock.”
Capítulo IV. Lo que vino después. El punk adoptó diversas caras, aunque ninguna de ellas ha sido tan valiosa como la del primer boom. Algunos grupos siguieron las rutas del hardcore delineadas por los Ramones, mientras que otros cayeron en la onda panfletaria y se volvieron grupos cerrados y extremos. La mayoría cedió a las mismas contradicciones del movimiento y sólo ayudó a convertir al punk en una triste broma de sí mismo...
Epílogo. Un lugar cualquiera, 2007. Sin duda que en el tránsito diario por la vida usted los ha visto; ahí donde seguramente usted toma un café o acude a realizar ese acto tan mundano que la gente de limitadas capacidades mentales llama “shopping.” Son chicos normales, oscilan entre los catorce y los veinte años de edad. La mayoría de ellos hijos de matrimonios jóvenes de clase media alta con una buena posición económica, por lo cual no es extraño verlos al último grito de la moda. Son punks de diseñador en el mal sentido de la palabra, cuyo acervo musical parte de Green Day para adelante...
“¿Ya viste esa playera de Ramones?” “Esta chida, pero ¿Quiénes eran esos?” “Pues no sé. Tú cómprala, wey. Total, están de moda...”
3 de julio de 2007
Consideraciones acerca del ensayo literario (Respuesta a un comentario de mi amigo Omar)
Sería ideal que los polígrafos escribiesen sus apreciaciones respecto del oficio de escribir; ideal, no imprescindible.
“Entre el alcohol, la poesía y la novela breve” Eusebio Ruvalcaba
Hace unos cuantos días, mientras me encontraba preparando una selección de mi breve trabajo ensayístico, recibí el siempre acertado comentario de mi amigo Roberto Visantz o como quiera que se haga llamar en este instante. Al haberle pedido ayuda para la corrección de los textos, él atinó a decirme que mi estilo se le hacía en extremo libre, más apegado a lo que hacía Montaigne que a la estructura del ensayo contemporáneo.
Con la intención de interpretar de la mejor manera correcta sus palabras decidí elaborar una serie de reflexiones acerca de este género y mi particular visión del mismo. Y he de atender en este momento al epígrafe de esta entrada: no es que me considere un polígrafo, ni que estas reflexiones sean imprescindibles. Ofrezco estas líneas no con la intención de decir la última palabra sobre el tema, sino más bien para aclarar mis ideas al respecto.
Así, después de cavilar un rato pienso en todas las posibilidades que me ofrece la palabra ensayo y me quedo con una. Ensayar, volver a la escritura un ejercicio libre, sin las cadenas que, por ejemplo, tiene la novela, donde el personaje A está ligado al personaje B y así si queremos llegar hasta la Z, amén de la tensión almacenada capítulo tras capítulo que debe explotar en el final, etcétera. Qué decir del cuento, otro ejercicio distinto, donde la misión es ganar por knock out, siguiendo la mejor tradición cortazariana; y eso sin hablar de la poesía, muerta ya por una libertad transformada en libertinaje.
Pienso que, por otro lado, el ensayo no está ceñido a ninguna receta de cocina o manual de uso que diga “deje en claro su intención en el primer párrafo; desarrolle la tesis en los siguientes diez; meta al horno por quince segundos y ¡listo! Tiene usted un texto a la orden. Dejo esto en claro por que el ensayo no es una suerte de “netología” donde el autor impone su particular visión sobre un tema y dice “esto es la neta.” Contrario a esta creencia, un texto de esta categoría sí debe dar el punto de vista del autor, pero al mismo tiempo es casi una obligación generar movimiento dentro de la materia gris del lector. Ergo: un ensayo debe incitar a la duda o a la reflexión.
Pero ¿cómo? ¿Cómo lograr esas dudas? Aquí es donde aparecerán las cualidades del escritor, haciéndose de recursos como la pregunta retórica, el ácido toque de un humor verdaderamente corrosivo o el simple, pero siempre efectivo, arte de llamar a las cosas por su nombre.
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¿Qué es el ensayo? Tamaña pregunta para un escritor de todavía tan cortos vuelos como éste su humilde servidor. Pido tan sólo, por decir un número, diez años de prueba. Quizá después de algunos ensayos tenga la respuesta...
1 de julio de 2007
Icky thump
Cuando a principios del dos mil seis comenzó a circular la noticia de que Jack White formaría parte de una nueva banda llamada The Raconteurs, también corrió el rumor de la desintegración de los White Stripes. El guitarrista aclaró la situación desde el inicio y se limitó a decir que no pasaría mucho tiempo para ver un nuevo álbum de los rayas blancas.
Hace unos cuantos días salió a la venta el nuevo álbum del dueto formado por hermanos Jack y Meg White, el cual viene respaldado y no, por las declaraciones que el guitarrista dio hace poco a la Rolling stone: “No suena como ningún otro de nuestros discos. Es muy pesado.” En honor a la verdad, Icky thump, nombre de esta producción, es todo un tour de force por la historia del dueto, al mismo tiempo que muestra nuevas opciones que tal vez no hubieran encajado en discos anteriores a éste.
Así, entre las novedades ofrecidas están el tema que abre y da nombre a la producción, donde Jack ataca la construcción del muro fronterizo y le pregunta a los gringos ¿por qué no se expulsan ustedes que son inmigrantes también? Musicalmente ofrece, amén de las eléctricas guitarras, esa batería siempre acompasada y precisa, y el uso de sintetizadores, un inventivo solo de guitarra, parte fundamental en el desarrollo de la canción.
El siguiente corte es una mezcla perfecta de lo que ha sido la carrera de este dueto: cierta ambivalencia entre lo inocente y lo crudo. No en vano el nombre de la banda proviene de los dulces bicolores de menta y cereza. Con ciertos ecos del Elephant (“There’s no home for you here”) aderezados con un órgano Hammond, llega esta pieza, cuyo sencillo cierre, solo de guitarra incluido, da muestra de por qué Jack White es uno de los mejores guitarristas de rock en la actualidad.
Nuevos ecos se hacen presentes en “300 M.P.H...” ahora recordando los mejores momentos acústicos del disco anterior, aunque eso sí, para desgracia, sin pianos ni marimbas. A favor de esta canción, y de todo el material, de hecho, se puede decir que su palabra clave es “equilibrio.” Los White Stripes logran en este álbum un balance entre lo eléctrico del Elephant y lo acústico del Get behind me satan; entre una batería que funciona como mero acompañamiento y otra que por momentos se vuelve protagonista de los cortes; entre una Meg que sólo le pega a los tambores y otra simpática en las voces, como bien lo había demostrado en discos anteriores.
El cambio de aires se hace evidente en el corte número cuatro: “Conquest” es una canción que, con líneas de la guitarra, muy a la usanza de esas tonadas de plaza de toros, se hace acompañar de una poderosa trompeta de mariachi. Impensable en un disco anterior y prácticamente imposible de ejecutarse en vivo sin un músico extra, pero sin duda una excelente apuesta del dueto.
Y para recordarnos que lo mejor que hace este par es un rock guitarrero con aires de garage, aparece “Bone broke”; una composición que bien podría estar en cualquiera de sus tres primeros discos, figurando incluso al lado de un clásico del dueto: “Fell in love with a girl.”
“Prickly thorn...” y “St. Andrew...” por otro lado, son una muestra de ese aire conceptual y de investigación musical que Jack descubrió al colaborar en la banda sonora de Cold Mountain. Ambos temas están ligados por la batuta de una gaita que da pie al intercambio de notas con la guitarra de White y con la dulce voz de Meg.
El lado experimental descansa un poco y regresan otra vez los recuerdos del White blood cells. “Little cream soda”, pero sobretodo “Rag and bone” con ese jugueteo vocal entre Meg y Jack, el alucinante y constante pedaleo en el bombo y la repetición hipnótica en la melodía de la guitarra.
Icky thump finaliza con un cuarteto de temas interesantes en el buen sentido de la palabra. La primera dupla es la combinación entre guitarra, teclado y batería que arrojó tan buenos dividendos en la producción anterior. El broche de oro son esas dos joyitas guitarreras tituladas “Catch hell blues” y “Effect and cause.” Respecto a la pieza de blues, ésta cumple a la perfección aquello de que la guitarra le responde a la voz con esos viajadísimos solos que pasan por diferentes escalas. El campirano cierre del disco es un guiño al “Hotel yorba” con una inteligente y directa letra: “Well you can’t take the effect and make it the cause...”
El recuento nos ofrece un disco que, si bien no corresponde a las expectativas creadas luego de esas dos joyitas que son el rocanrolerísimo Elephant y el conceptual Get behind me Satan, sí da indicios de una búsqueda por nuevos horizontes. La producción en sí no es mala, pero parece más un trabajo de recapitulación emparentado a lo que le significo a este dueto el White blood cells, que un sonido fijo como el logrado en su clásico disco del cuadrúpedo.
Por lo pronto, habrá que esperar la segunda producción de los Raconteurs y la gira de ambos proyectos. Pero por favor, que los acompañen otra vez los Greenhornes...
27 de mayo de 2007
¡Arriba el Pachuca, cabrones!
En México hablar de fútbol, religión o política presupone tres cosas. Se está con un íntimo amigo con quien se puede discutir cualquier tema; se tiene la intención de provocar tremendo argüende; o de plano, dialoga usted con un político. No es gratuito que una de las primeras advertencias que señala el Manual de Carreño de lo, para variar, políticamente correcto sea el no mencionar estos temas. Considerándome como siempre incorrecto, esta noche mancillaré dicho dogma de fe...
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¿Cómo alienar a un pueblo? Siguiendo los sabios preceptos del Imperio Romano: al pueblo pan y circo. ¿Cómo alienar a los mexicanos? Dándoles fútbol y comunión...
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Cuando el Pachuca ganó la final de la Copa de Campeones de Concacaf arruinó mi hipótesis de que éste era, políticamente hablando, el sexenio de las chivas. Digo, la llegada de un nuevo presidente les trajo un nuevo campeonato y hasta un millonario contrato publicitario con las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos Mexicanos. Suspicaz como siempre he sido, me pregunté, ¿cómo pagarán los tuzos por haber mancillado la corona del rebaño sagrado?
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Llámelo sospechosismo o teoría de la conspiración, pero no puedo concebir la medida que se le aplicó al Club de Fútbol Pachuca. ¿Por qué suspender el partido frente a Cruz Azul por un caso de doping? ¿Por qué usar así, de repente, mano dura contra las drogas? ¿Sabe usted cuanto dinero dejó de percibir el equipo tuzo por concepto de taquilla, sin mencionar los contratos de televisión y publicidad por la transmisión del partido? Yo tampoco...
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Y para colmo ¿qué tiene que hacer el presidente del país en la final de fútbol? Máxime cuando la lucha contra el narco está que arde. ¿O será que andan vigilando probables casos de doping? Mano dura contra los futbolistas no alineados, señor Presidente. Su pueblo se lo agradece. Por cierto, dicen por ahí que el Pachuca quedó campeón porque, ya entrando en confianza, usted es un perdonavidas, amigo Fecal. Pero eso sí, la letra con sangre entra; millones de pesos perdidos en la taquilla contra Cruz Azul lo demuestran ¿o no?
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Perdió el América porque ésta es una sociedad maniqueísta. Queda a consideración la despedida de Cuauhtémoc, el dizque último ídolo; un gol agónico que da la corona, amén de un penal inexistente a favor del América y uno de a de veras anulado; el hijo del presidente en la ceremonia de premiación; triunfo dedicado a las mujeres mexicanas, en especial a la primera dama. Y una pregunta ¿qué es más sagrado? ¿El fútbol, la religión y la política o la Santísima trinidad? ¡Arriba el Pachuca y abajo el aborto, cabrones!
10 de mayo de 2007
Infrahuevonismo
Posdata.- Puto el que lo lea
Los creadores de este Manifiesto son conscientes de las múltiples contradicciones incluidas a lo largo del escrito. Entre las posibles justificaciones se encuentran las diferentes fechas en que fue redactado, siempre bajo los influjos del alcohol. Conscientes de que en el camino se perdieron interesantes proyectos como la teoría de la antintertextualidad, redactada en una servilleta de cantina, los Infrahuevonistas prometen llevar a cabo las ideas que permanecen en la mente de sus colaboradores y trabajar en la perfección y corrección estilística y estética de sus escritos. Con excepción del Manifiesto, porque nos da Hueva.
Chorum Dei. (del latín “Choro del Señor”)
1 de mayo de 2007
Posfechados

A petición de la comunidad Infrahuevona, ofrezco aquí los dos últimos capítulos del siempre inconcluso Manifiesto Infrahuevón...
28 de enero de 2007
Infrahuevonismo
Capítulo VIII.- El recuento de los daños
Después de mucho cavilarlo, el Infrahuevonismo en general ha decidido que no le sienta bien el sectarismo. Éste ha sido el motivo por el cual decide aceptar entre sus filas a toda clase de intelectuales en potencia. Si el manifiesto habla en todo momento desde el punto de vista de la narrativa es porque sus insignes redactores practican dicha actividad, aunque tienen, hay que aclararlo, inclinaciones hacia las artes plásticas, la música, la poesía, el teatro, el cine e incluso el performans.
La única condición que se le (im)pone a todo aquel que pretenda asociarse a esta especie de secta es que tome conciencia, en la medida de lo posible, que lo último que se busca es la belleza por accidente, pues, retomando a Kundera, ése será el fin del arte. Para evitar tan apocalíptica visión, se propone a los futuros Infrahuevonistas, conozcan las reglas de la actividad que realizan. Sólo así, y con algunos prácticos conocimientos de semiótica, retórica y estética, evitarán que la obra sea buena a pesar del creador mismo.
15 de febrero de 2007
Infrahuevonismo
Capítulo IX.- Una última diatriba dirigida a los malos poetas
El único poeta que sirve es Poett, pues no sólo limpia y desinfecta los pisos de su casa, sino que además huele bien. Se aleja de las malas influencias y no esta plagado de metáforas malogradas, repeticiones ad nauseum y absurdos etcéteras que de nada serviría enunciar aquí y ahora.
Se cree, eso sí, y firmemente, que la poesía no ha muerto. Vive en nuestros corazones y anda de parranda acompañada por los ritmos y rimas transgresoras del reggaeton.
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Nace el Infrahuevonismo. La única intención auténtica de todo este desmadre es promover la inquietud de otros hacia la cultura. Se trata de trabajar. De evitar la belleza por accidente. De prescindir de celos y palabrerías de odio que no llevan a ningún lado. El manifiesto y la postura son crear calidad...