domingo, 8 de septiembre de 2013

Crónica chilanga II

20 de julio de 2013
Crónica chilanga II
Ayer fue un gran día para despedirme (al menos momentáneamente) del DF. Comencé mi recorrido por la Condesa. Visité el Péndulo y me convencí que Guadalajara necesita un concepto similar. Fui a Miguel Ángel de Quevedo a comprar los encargos bibliográficos y me encontré una joyita de Zizek en 25 pesos. Visité a mis tías Pinita y Soco, y nuevamente coincidí con gran parte de la familia por azar. De ahí a Coyoacán, a despedirme de mi querida chica del asfalto y a buscar la piedrita que Aniela me encargó. En la búsqueda del libro inencontrable, agarré patín rumbo al Ángel, y luego a Bellas Artes. ¡Que bella es Avenida Juárez de noche! Y más variada en su oferta musical callejera que Guadalajara: en una esquina una banda de rock pesado con Danny DeVito interpretando al Penguin como vocalista, y en la otra una banda de rock que se acompañaba por metales, además de un acordeonista tradicional unas cuadras más adelante. El Monumento a la Revolución tenía pruebas de sonido para un concierto, y la llovizna amenazaba a chilangos (la concepción de esta palabra es variada, pues) y capitalinos por igual. Inició el regreso en metro Bellas Artes, miles de transbordos y un paseo afuera de ambas Cámaras legislativas, la última la de Diputados, hasta llegar a casa de mis tíos Paco y María Elena, que sin duda me recibieron y trataron de maravilla. A todos los que hicieron de este un viaje inolvidable: mil gracias. Y a los que no pude ver en esta visita, se las debo para la próxima. Será muy pronto.

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