martes, 9 de octubre de 2007

9 de octubre de 2007
Cuestión de tiempo
Sentado en el tren de una ciudad cualquiera, un hombre mira, absorto, su reloj. Pero ¿qué importa ya la hora si se es presa del tiempo?
18 y 19 de junio de 2007

9 comentarios:

Noemí Mejorada dijo...

Me encantan las disertaciones sobre el tiempo... yo no tengo reloj, no me gustan, pero desde que los celulares están al alcance de cualquiera, me he vuelto presa del tiempo también, igual que el hombre de tu texto...

Aunque sabes?? todavía no me acostumbro a tener presente el día y el año en el que estoy parada; a veces se me olvida.

Un saludo JC... cuidate y te veo pronto, aunque tu no te des cuenta.. jajaja

Besosss

Anónimo dijo...

Compadre, supongo que no quieres ensuciar tu blog concomentarios sobre lo que les ha pasado a ustedes respecto al viaje a Yucatán... Creo que deberías darle un uso práctico y noble a la difusión de tus quejas,o sea, poner en evidencia en tu blog aquello que bien conoces porque ingenuamente perteneciste a ello.No lo tomes a mal, pero lo único rescatable del departamento de letras son sus alumnos y la mayoría de los maestros; el comité de Chichos y Azulitos, los pseudoartistas que se unen a las denuncias, los administrativos como Doña Lupita Montpellier (Ah, no te sabes esa?) y una lista breve pero jodedora son la lacra de letras...
Póngalo en su blog, no sea joto y disculpe mi mal habla y mi anonimato, pero uno es cobarde y prefiere llorar...

Juan Carlos Gutiérrez Mercado dijo...

Pues efectivamente desconozco qué onda con "Lupita Montpellier", hay me platicas, aunque sea de manera anónima, ese asunto. Por lo demás, voy a subir los correos que envié y recibí respecto a lo acontecido previo al viaje de Yucatán.

Hasta pronto, compadre. Me cai que no tengo ni la más remota idea de quién eres. Jajaja.

Saludos

Juan Carlos Gutiérrez Mercado dijo...

Mi estimada Rota, el tiempo pasa y no puedo olvidar!!!!!!!!!!!!!!

Pues quién sabe qué onda con el eterno caminar de manecillas, como las que usaban los clasicos, o con el imparable correr de segunderos electricos que ya hasta marcan nano segundos y cuanta madre pueden. ¿En verdad es necesaria tanta precisión temporal? No lo creo. A mi me gusta más la idea del tiempo como la arena que se escurre entre los dedos, algo practicamente inasible...

Un saludote para vos.

rogelio garza dijo...

El tiempo es una mariposa que se pasa volando y la mayoría de nosotros vivimos corriendo tras ella, tratando de atraparla. De ahí que exista la costumbre de amarrarse el tiempo a una mano, creyendo que así será más fácil detenrlo. Un día se me ocurrió desamarrar la correa de mi reloj y vi al tiempo alejarse feliz como un insecto olisqueando el aire. Ahora he dejado de preocuparme por él y dicen que los años no pasan por mí.

(Tomado de "Para matar el tiempo: seis formas de comprobar su relatividad" de tu servidor)

Noemí Mejorada dijo...

Muy bonito, eso de dejar el tiempo volar, como un globo de gas que se suelta por error, o como una paloma despues de haber salido del sombrero de algún mago. Y es bueno para evitar las arrugas y la vejez... me encanta... lo voy a poner en práctica.

Saludos!!!

Juan Carlos Gutiérrez Mercado dijo...

Maese Roger:

Me ha dejado usted sin comentarios. Su texto sólo confirma por qué soy un asiduo lector de su blog y su columna mosquienta.

¿¿Ese fragmento ha sido publicado??

Noemí Mejorada dijo...

Hey, dónde andas? hace un buen que no publicas nada por aquí y que no me visitas en mi blog!

:(

Saludos...

Anónimo dijo...
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