jueves, 30 de noviembre de 2006

20 de noviembre de 2006
El gran truco

Me llama la atención que en cartelera se anuncien dos películas que hacen referencia al mundo de los magos. La primera de ellas, en orden de aparición, es El ilusionista, desarrollada, según tengo entendido, en la Viena de principios de siglo XX. Ni duda cabe que esta ciudad fue el caldo de cultivo de todo lo que se vivió a lo largo de la primera mitad de dicha centuria. Simplemente fue la cuna de Freud (padre del psicoanálisis), Hitler (¿padre de la segunda guerra o estandarte de una ideología imperante en la época?), Musil (gran literato, léase el ensayo que escribió Juan García Ponce: La errancia sin fin), Loos (arquitecto), entre muchos otros.
Es Viena, ciudad, para bien o para mal, romántica, llena de nacionalismos absurdos y de ideales modernos, el escenario perfecto para lo que he escuchado de dicha cinta: la oposición entre la fantasía del pasado y el avance hacia un mundo moderno. Se me antoja también el escenario ideal para una película romántica como me lo han hecho saber, y créanme que cuando la vea les hablaré de ella para dar mis críticas (si es que no se me olvida o me da hueva, responde mi espíritu Infrahuevón).
La segunda cinta de este ciclo mágico es El gran truco, filmada por Christopher Nolan y con estelares de Huge Hackman, Cristian Bale, Michael Cane, Scarlett Johanson y David Bowie. La acción se desarrolla en Inglaterra y desde el comienzo se nos presenta una trama detectivesca de suspenso. Es obligación del espectador amarrar los cabos sueltos que van quedando, pero en verdad es una película que vale la pena. A destacar la actuación de Bowie (como siempre) en un papel secundario que le queda excelente y la intriga y competencia que se desarrolla entre los personajes de Hackman y Bale.
Por cierto, cuando salí del cine, acompañado de cierta personita linda que sabe que la quiero mucho, recordé una novela del sabio César López Cuadras. Su título es Cástulo Bojórquez y maneja a la perfección los recursos de las rupturas temporales y la multiplicidad de personajes, similar a lo que ocurre en El gran truco. Y eso es todo, amigos.

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