jueves, 30 de noviembre de 2006

15 de noviembre de 2006
Infrahuevonismo
Capítulo VII.- De la misión de difundir este manifiesto y otros sucesos dignos de ser mencionados
La historia del Infrahuevonismo bien podría semejarse a la de los evangelios. De hecho no distamos mucho de ser una asociación religiosa. Para ser Infrahuevón se requiere de un acto de fe y la suficiente lucidez como para aceptar las condiciones que se exigen vía la buena voluntad de sus asociados.
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Yo platico con Dios. Lo nombro de diferentes maneras que significan lo mismo: Alá, Yahvé, Elohim, Krishna, Etcétera. Su misión de Dios Padre es supervisar que todo salga de acuerdo a su Plan Universal. Roberto Visantz, Dios Hijo, es el Infrahuevón que todos llevamos dentro. Mientras él habla y habla y sigue y sigue y dura más que los demás, sus evangelistas se dedican a transcribir sus enseñanzas intercalando datos que a ellos les parecen pertinentes.
La misión de todo Infrahuevonista es salir a recitar la palabra del señor acompañado únicamente de sus textos. Parafraseando a Marcos, el guerrillero, no el evangelista: Hermanos y hermanas de otras razas y otras lenguas: aquel a cuya mano se acerque este manifiesto que lo haga pasar a todos los hombres de esos pueblos...

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