viernes, 13 de octubre de 2006

15 de septiembre de 2006El evangelio de Judas
Magnífico negocio el que ha hecho la National Geographic Society con la nueva noticia acerca del descubrimiento del hoy tan mentado y antes desconocido evangelio de Judas. Ya había escuchado en alguna ocasión a Cecilia Eudave, quien nos recomendaba tomar con reserva dicho texto, debido a la perdida de fragmentos esenciales de la obra escrita en papiros hace alrededor de dieciocho siglos. Sin embargo, yo, en un alarde de lucidez de esos que acostumbro tener siempre que veo espectaculares anuncios sobre las virtudes y bondades de X o Y producto, decidí adquirir la Edición especial. El evangelio de Judas. Texto completo del manuscrito.
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Paseaba por los pasillos de Sanborns como todo un pseudo intelectual de clase media alta, burlándome de mí mismo al notar mi snobismo para comprar La mosca y Rolling Stone, revistas que bien podrían ser adquiridas en un puesto de revistas cualquiera. Añada usted a la escena, querido lector, el hecho de que realicé mi pago con tarjeta bancaria. Como el cajero tardaba en atenderme, decidí ver las revistas colocadas estratégicamente alrededor de la caja. Descubrí tan famoso evangelio y acordé con mi tarjeta añadirlo a la compra.
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Abordo el camión. Me siento. Mientras redacto me siento como receta de cocina debido la falta de oraciones compuestas. Olvido dicho sentimiento. Abro mi mochila. Tomo el paquete de revistas. Recuerdo lo de la receta de cocina y decido cambiar el estilo.
Rompo el celofán que envuelve mi revista y que minutos atrás, cuando estaba en Sanborns, me impidió echar un ojo a la misma. A pesar de las dificultades que implica el tratar de leer en el transporte público, decido consumir los minutos viaje decodificando los signos de la introducción (entiéndase que iba leyendo). Omito la lectura completa de dicho capítulo y prefiero penetrar en las profundidades del texto de Judas. No tardo mucho en encontrar la constante del texto, sobre todo en las declaraciones de Jesús, que se anuncia desde la portada con falsas virtudes: faltan... líneas.

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