martes, 1 de mayo de 2007

9 de marzo de 2007
Erotismo (Para Sihara)
La vida se construye de sexo, no de besos.
Omar Sánchez
Pienso de nuevo en el asunto de los poetas y su objeto del deseo y caigo en la cuenta que, efectivamente, el mito del eterno retorno sigue vivo en la mente de más de uno. Supongo de inmediato que esta historia aún tiene larga vida por delante, por lo cual, luego de una ardua reflexión, sugiero a todos los escritores que se dediquen a la literatura erótica.
Y es que, si detrás de la idea del eterno retorno se esconde el deseo de regresar a la unidad, ¿qué mejor que la unión de dos cuerpos en uno mismo por el simple placer de la vida? A todas luces me parece más interesante ese religar al hombre con una mujer que con una deidad, pues ésta es la imagen de la vida; el eros en su máxima expresión.
Claro, aquí caben las diferentes expresiones de erotismo. Desde la perspectiva religiosa de los escritores místicos, pasando por el terreno de la transgresión en Kundera y Bataille, hasta llegar a las diversas posibilidades del agua que pueden leerse sobre todo en Cummings. Los matices dependerán, evidentemente, de la calidad del escritor en cuestión y siempre teniendo en cuenta que: “un texto erótico [...] es aquel que cuando lo lees provoca que el camote se te ponga como la macana del sereno, que el aceitito corra y la temperatura ascienda a niveles de fiebre palúdica.”
+++
¿Por qué la necesidad de volver a ser uno solo con alguien? ¿Por qué hablar de cóncavo y convexo, de alquimia matemática, de uno más uno igual a uno? Es el instinto, señoras y señores. No tratemos de explicar al mundo a través de una deidad; la vida no se da por generación espontánea. Imaginemos mejor un mundo platónico, ideal. Un banquete donde el único religar posible sea el de hombre y mujer unidos por el instinto del eros. Lo demás... Lo demás no va a importar...

No hay comentarios.: