domingo, 3 de septiembre de 2006

9 de agosto de 2006
Desnudo (escrito el 10 de agosto)
Retomando el tema de mi camiseta obradorista, nunca pensé en la ingeniosa idea que se le ocurrió a la ex vocera perredista Cecilia Márquez. Digo (o escribo en todo caso), ante cualquier objeción a nuestra vestimenta, la mejor opción es eliminarla del campo de visión de todo aquel que no puede observarla.
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Del desnudo tan comentado he de decir que no me impresionó (cosa rara, pues era lo que la también artista pretendía con su performans[1]). No es que me guste atacar a los performanseros, pero si la idea era poner a pensar a la gente, Cecilia hubiera realizado su “espectáculo” (especta trasero, dirán los más sabios) en hora pico (que conste que no es albur) y no a las ocho de la mañana, hora en la cual el centro de Guadalajara, por lo general, no da muestras de mucha actividad.
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Mi próxima provocación será asistir a una fiesta. Mi vestuario constará, aparte de las prendas de rigor como calcetines, pantalón o zapatos, de mi playera roja propeje y de ropa interior: una tanga blanca. Así, a la primer señal de desaprobación, procederé a despojarme de mis ropas, exceptuando la dichosa tanga blanca. Estéticamente no soy muy agraciado que digamos, así que nadie querrá verme en tanguita corriendo por el aquelarre. Nadie negará, a partir de ese instante, mi derecho de manifestarme, desde las trincheras de mi atuendo, a favor de López Obrador.
[1] Este es un intento por castellanizar la palabra gringa performance.

1 comentario:

Manuel Romero dijo...

Recordaba este incidente, pero no recordaba su idea neoperformancera. No está injustificada