Estamos hasta la madre... ¿Y?
Es mucho lo que hasta el día de hoy se ha escrito sobre el homicidio del hijo del poeta y periodista Javier Sicilia. Es mucho también lo que se ha escrito sobre la marcha que convocó el escritor para indicarle a nuestro gobierno que estamos hasta la madre. También somos muchos los que, como el poeta, estamos hartos de una guerra inútil que sólo ha traído muerte, pero... ¿Cuánto tiempo hemos dedicado a la reflexión de por qué estamos en esta situación?
¿Qué hicimos para llegar a dónde estamos? ¿Qué dejamos de hacer para que apenas hoy nos ocupemos de ello? ¿Por qué carajos no salimos a tomar las calles el 6 de diciembre del 2006, el día que se decretó la guerra contra el narco? ¿Por qué no salimos a tomar las calles antes, para indicarle al mundo que estábamos inconformes con los resultados de una elección sucia? ¿Por qué nos asustamos ahora si el hombre que nos gobierna siempre usó en su discurso las palabras “fuerza”, violencia” y “guerra”?
¿Somos tan ingenuos como para pensar que con una marcha vamos a parar la caja de Pandora? ¿Para pensar que vestidos de blanco vamos a hacer que el presidente se levante de su silla y diga: “No más sangre”?
Somos los culpables directos del México que tenemos. Somos los culpables de los más de 30 mil muertos que lleva esta guerra. Somos responsables de Ciudad Juárez, del Estado de México, de Sinaloa y de Tijuana. Somos responsables del hijo de Javier Sicilia y de los migrantes centroamericanos. Somos responsables del Chapo y de Felipe Calderón. Responsables de nosotros mismos. De elegir marchar un 6 de abril o de votar un 6 de julio. De levantarnos ahora o el día que nos maten un hijo, un tío o un padre.
Y mientras no nos hagamos responsables de nuestros errores, todo seguirá igual...
Es mucho lo que hasta el día de hoy se ha escrito sobre el homicidio del hijo del poeta y periodista Javier Sicilia. Es mucho también lo que se ha escrito sobre la marcha que convocó el escritor para indicarle a nuestro gobierno que estamos hasta la madre. También somos muchos los que, como el poeta, estamos hartos de una guerra inútil que sólo ha traído muerte, pero... ¿Cuánto tiempo hemos dedicado a la reflexión de por qué estamos en esta situación?
¿Qué hicimos para llegar a dónde estamos? ¿Qué dejamos de hacer para que apenas hoy nos ocupemos de ello? ¿Por qué carajos no salimos a tomar las calles el 6 de diciembre del 2006, el día que se decretó la guerra contra el narco? ¿Por qué no salimos a tomar las calles antes, para indicarle al mundo que estábamos inconformes con los resultados de una elección sucia? ¿Por qué nos asustamos ahora si el hombre que nos gobierna siempre usó en su discurso las palabras “fuerza”, violencia” y “guerra”?
¿Somos tan ingenuos como para pensar que con una marcha vamos a parar la caja de Pandora? ¿Para pensar que vestidos de blanco vamos a hacer que el presidente se levante de su silla y diga: “No más sangre”?
Somos los culpables directos del México que tenemos. Somos los culpables de los más de 30 mil muertos que lleva esta guerra. Somos responsables de Ciudad Juárez, del Estado de México, de Sinaloa y de Tijuana. Somos responsables del hijo de Javier Sicilia y de los migrantes centroamericanos. Somos responsables del Chapo y de Felipe Calderón. Responsables de nosotros mismos. De elegir marchar un 6 de abril o de votar un 6 de julio. De levantarnos ahora o el día que nos maten un hijo, un tío o un padre.
Y mientras no nos hagamos responsables de nuestros errores, todo seguirá igual...
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